El pasado sábado, 23 de mayo, Irlanda aprobó en referéndum modificar la Constitución para permitir el llamado “matrimonio” homosexual. Sorprendente noticia, tratándose de la muy papista Irlanda. No tanto, por el más que previsible y no muy sofisticado grado de presión y manipulación por parte de la campaña del Sí. Me acuerdo, sin ir más lejos, de uno celebrado en España, hace casi 30 años…
Por su interés, reproducimos el testimonio de una creyente irlandesa acerca del cómo y porqué, como era de esperar, ganó el Sí en el referéndum.
Todos los partidos políticos, todos los medios de comunicación, todas las ONG’s, ríos de millones de magnates americanos, las “celebridades” en pleno, todos, todos apoyando al Sí. Llamativa unanimidad, tratándose del régimen que exalta precisamente la “diversidad”.
Estaba claro que el referéndum se iba a aprobar, sí o sí. Irlanda no se podía “salir del redil” occidental. En todas las dictaduras también se han celebrado referéndums. Visto lo visto, uno más.
Les dejo con el testimonio:
«Soy una ciudadana irlandesa que votó e hizo campaña por el NO. Para cualquier persona que piense que [los creyentes irlandeses] fuimos negligentes en relación con el Evangelio o de cualquier otra manera, déjeme hablarle acerca de lo que teníamos que hacer frente…
«Esta noticia es devastadora para el cerca de 37,9% de la población que votó NO, muchos de nosotros cristianos nacidos de nuevo. Tratamos muy duro de impedirlo, pero estábamos en contra de todos los partidos políticos y en contra de millones de dólares que estaban siendo vertidos en la campaña por el Sí. Tan sólo el multimillonario estadounidense Chuck Feeney contribuyó con más de 24 millones de dólares. Todos los grupos de ‘derechos civiles’ estaban en bloque detrás del voto por el “sí”. Cuando los carteles por el No se publicaron en Dublín y en otros lugares, fueron objeto de vandalismo. Se suponía que los medios de comunicación públicos tenían que permitir una cobertura 50:50 para cada parte en una consulta constitucional. Esto fue ignorado descaradamente. Los poderes públicos hicieron llamamientos en apoyo al SÍ y para que los estudiantes universitarios se inscribieran para votar, y a distribuir distintivos por el Sí para cada estudiante, los cuales también lo hicieron. Y estas cosas son sólo una parte de la historia. La presión era incesante e increíble. Incluso la papeleta para votar era sesgada. Nosotros argumentamos que el término «igualdad en el matrimonio» ya era parcial, pero aun así ese término figuró en la papeleta de votación,
«Mientras tanto, los cristianos ayunaron y oraron. Distribuimos folletos. Utilizamos las redes sociales para comunicar nuestras preocupaciones. Pero todo esto fue a un nivel muy a ras de suelo. Sólo el Instituto Iona se puso de pie por el No. Sólo tres representantes en toda nuestro Dail (nuestro parlamento) se pusieron en pie por el No. ¿Hay alguna otra pequeña nación en la tierra que pudiera sobrevivir a un ataque así? Estoy realmente sorprendida de que el NO fuera tan alto como el 37,9%, después de lo que he visto.
«En cuanto al Evangelio, ¿puede cualquiera de nosotros realmente hacer «lo suficiente»? No importa lo mucho que hagamos, ¿no querríamos siempre poder hacer algo más? Sin embargo, tenemos a Dios de nuestro lado. Creo que Él ha permitido que esto suceda por Sus razones. Pero tendremos la victoria final.»
P.D.: Por cierto, todavía me acuerdo que, cuando era joven, nos vendían aquello de que el grupo musical irlandés U2, o su cantante Bono, eran “creyentes”, “evangélicos” y blablablá. Como era de esperar, estos también saludan alborozados el triunfo del sí cantando «In the name of love» (En nombre del amor).
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