El actual Código Penal noruego establece una pena máxima de 21 años de prisión. Las penas de las distintas muertes no son acumulables. De esta manera, el asesino (32 años de edad) saldrá de la cárcel con 53 años.
Por cada muerte, el asesino habrá pasado sólo 82 días en prisión. Y eso, en uno de los sistemas penitenciarios más avanzados y confortables del mundo.
82 días de prisión: así tasa el actual código penal noruego el valor de cada vida humana arrebatada por el cruel asesino.
La actual mentalidad predominante en los países de Europa, que abomina la pena de muerte como de una de las mayores barbaridades de la vida, se queda ahora completamente en bancarrota. Pena de muerte que, recordemos, es una institución y ordenanza divina, una ley de Dios. No se puede hacer de la luz tinieblas, ni la justicia injusticia de esta manera. La sociedad que lo haga, está abocada a su ruina.
El experimento histórico en Europa se ha acabado.
Definitivamente, Rousseau ha muerto.
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