a) En los pasajes donde Dios habla de sí mismo en plural (Gen. 1:26);
b) En los pasajes en los que el Señor actúa por el Señor (Gen. 19:24);
c) En los pasajes en los que el Hijo de Dios está nombrado formalmente (Sal. 2:7);
d) En los que se enumeran las tres Personas de la Trinidad (Gen. 1:1-2; 2 Sam. 23:2; Sal. 33:6; Isa. 42:1; 48:16-17; 61:1);
e) En los pasajes en los que el hombre Jehová o Dios se repite tres veces en el mismo dicho (Núm. 6:24-26; Sal. 42:1-2; Isa. 33:22; Jer. 33:2; Dan. 9:19);
f) En el trisagión de los ángeles (Isa. 6:3);
g) En los pasajes en los que el Ángel del Señor está identificado con Dios (Gen. 48:15-16; Ex. 3:1-7);
h) La referencia de Cristo al Antiguo Testamento para demostrar la verdadera divinidad del Hijo de Dios (Mat. 22:41-46, comp. Con Sal. 110:1).
En J. T. Mueller, La Doctrine Chrétienne, (Bruselas : Éditions des Missions Luthériennes, 1956), p. 199-200.
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