“A Dios cantad un nuevo canto
Pues maravillas realizó
Su diestra, y Su brazo santo
A la victoria Lo llevó.
Dios ante todos ha mostrado
Su portentosa salvación,
Y Su justicia ha revelado
A vista de toda nación”.
Salmo 97 del Salterio de Ginebra
“Reina el gran Jehová;
Tierra, regocijad,
E islas numerosas
También estén gozosas.
Nubes y oscuridad
Alredor de Él están;
Justicia y juicio son
Lo que bien cimentó
Su trono eternal”.
Salmo 96 del Salterio de Ginebra
“Cantad a Jehová nuevo canto;
Cantad a Jehová todo el mundo.
Cantad a Jehová, y bendecid
Su nombre y cada día seguid
Su gran salvación anunciando”.
Salmo 95 del Salterio de Ginebra
“Venid, alegres a aclamar
Al soberano Jehová,
La roca de la salud nuestra.
Lleguemos ante Él con loor,
Aclamemos al gran Señor,
Con canción y música diestra.
Porque es Dios grande Jehová,
Y Rey con grande majestad,
Por sobre de todos los dioses.
Porque en Su mano están
Del mundo la profundidad;
Suya es la altura de los montes”.
Salmo 94 del Salterio de Ginebra
“¡Oh Jehová, Dios de venganzas!
Tú, Dios que vengas, sin tardanza
¡Muéstrate, oh del mundo Juez!
Al soberbio el pago da.
¿Hasta cuándo, oh Jehová,
Gozoso el malo ha de ser?”
Salmo 93 del Salterio de Ginebra
“Jehová reina, se vistió de esplendor;
Se vistió Él, de poder se ciñó.
Afirmó el mundo con Su gran poder,
Por lo que él no se ha de mover.
Firme es desde entonces Tu trono real;
Y Tú existes por la eternidad.
Alzaron los ríos su voz, Señor,
Alzaron sus ondas con gran fragor”.
Salmo 91 del Salterio de Ginebra
“El que al abrigo habitó
Del Muy Alto clemente,
Morará a la sombra de amor
Del Dios Omnipotente.
Mi esperanza, diré a Jehová,
Mi castillo elevado,
Mi Dios, en quien sin vacilar
Yo estaré confiado”.
Salmo 90 del Salterio de Ginebra
“Señor, Tú nuestro refugio has sido
De generación en generaciones.
Antes que hubiesen nacido los montes,
La tierra y mundo hubieses esculpido,
Del siglo hasta el siglo sin final
Sólo Tú eres el Dios eternal”.
Salmo 89 del Salterio de Ginebra
“Por siempre cantaré del Señor la bondad,
Con mi boca hablaré de Tu fidelidad.
Pues dije: Para siempre será edificada
Misericordia; oh Dios; y harás afirmada
La verdad Tuya, sin mudanza e inmutable,
En los cielos, que tienen curso invariable”.
Salmo 88 del Salterio de Ginebra
“Oh, Jehová, Dios de mi salud,
Ante Ti clamo día y noche.
Mi oración ante Ti llegue;
Inclina el oído Tú.
Pues de mal mi alma está_hastiada,
Y del Seol cerca mi vida”.