Vaya por delante mis felicitaciones por el magno acontecimiento: el Secretario General de la Alianza Evangélica Mundial, Geoff Tunnicliffe, fue recibido el pasado día 1 de marzo por el Ministro de Justicia español, Francisco Caamaño.
Todo un logro, sin duda. En las semanas anteriores, Protestante Digital, en una editorial de sugestivo título en estos tiempos de cristis -La deuda del Gobierno español- animaba al Gobierno a saldar la deuda -no económica sino histórica- con los protestantes al módico precio de un recibimiento de susodicho secretario general. Según las mismísimas palabras de la editorial “Es la primera vez que un Secretario general de la WEA visita oficialmente España”. A los lectores perspicaces, esto de “visita oficial” le sonará, sin duda, a aires papales. Y no en vano, la editorial parecía empeñada en producir en nosotros esa tal impresión al afirmar que Tunnicliffe es “el máximo cargo de una de las tres principales entidades cristianas del mundo, que son el Vaticano, el Consejo Mundial de Iglesias y la Alianza Evangélica Mundial”, puesto que representa a 430 millones de evangélicos del globo terráqueo (sic).
Todo ello es muy bonito, salvo que hay que a esto también se tendría que hacer una pequeña precisión: lo de que el Secretario General de la Alianza Evangélica Munidal representa a 430 millones de evangélicos, dicho a las claras, no es verdad. Seguir leyendo