El presbiterianismo fue establecido legalmente como la religión del Estado de Inglaterra por la Ley del Parlamento del 29 de junio de 1647. Pero antes que se llevara realmente a cabo, los procedimientos legales en esta dirección fueron detenidos por el Lord Protector Cromwell. En 1649 el rey Charles fue decapitado por la autoridad del Parlamento Remanente y, finalmente, todo el gobierno parlamentario fue destruido. El maremoto hacia Independencia [es decir, el congregacionalismo], que surgió en los [primeros] días de Cromwell, se preparó para su regreso cuando los ingleses vieron a los soldados del Señor Protector dispersar el Parlamento. Cromwell se opuso al presbiterianismo tanto como lo hizo al Episcopalismo. Su secretario de latín, el poeta John Milton, expresó precisamente estos sentimientos de Cromwell cuando dijo que «el presbítero era solamente un cura escrito largo». La nación inglesa, sin embargo, pronto se dio cuenta de que Cromwell, aunque piadoso y sincero, también era un dictador, y tenía a su espalda un ejército bien disciplinado. Bajo su mandato, la nación estuvo tranquila, ordenada y muda en el interior, y fue poderosa en el exterior. La marina barrió las aguas de competidores; y a un movimiento de su cabeza, en relación con la persecución de los valdenses, en el espíritu de ese magnífico poema de su secretario, «Venga, oh Señor, a tus santos masacrados», hizo que incluso el Duque de Saboya y Luis XIV hicieran volver a casa a sus sabuesos implacables desde los Alpes, y que el Papa se encogiera en su palacio. Oliver Cromwell, el absolutista, murió en 1658 y no dejó sucesor. El caos social estalló cuando su hijo Richard trató de llenar la sede vacante de su padre. En 1660, el general Monk se anticipó al movimiento para un acuerdo del Parlamento con la monarquía al llamar a Charles II de nuevo a Inglaterra y ponerlo de nuevo en el trono gracias al ejército. Como un perfecto Estuardo, Charles llegó sin haber aprendido nada de la experiencia de su padre. Su regreso envió a los puritanos al retiro y llevó al frente a los bulliciosos Cavaliers. Las diversiones se desbocaron en Inglaterra. Los obispos vieron inmediatamente que su éxito dependía de estar sumisos a Charles y de halagarlo. Los presbiterianos cedieron en silencio, con la esperanza de que la Conferencia de Savoy (celebraba en 1661 para resolver las cuestiones religiosas), aseguraría la tolerancia religiosa. En vez de ello, lo que vino en 1662 fue el Acta de Uniformidad, y dos mil ministros inconformistas tuvieron que dejar sus cargos, y su sustento de vida, antes que violar sus conciencias.
Geo. P. Hays, Presbyterians: A Popular Narrative of their Origin, Progress, Doctrines and Achievements (Nueva York: J.. Hill, 1892), pp. 51-52.
Una respuesta a “Cromwell y El Fracaso del Presbiterianismo en Inglaterra”
Cromwell, Cromwell, su insensatez y testarudez le hizo pagar un precio altísimo a Inglaterra y el mundo!!!
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