Las «9 + 1» Marcas de la Iglesia Verdaderamente Reformada

En la actualidad, gracias al Señor, estamos asistiendo a una renovación en el mundo evangélico que se manifiesta en un gran interés por las doctrinas de la Reforma, en particular las referentes a la salvación. Sin embargo, no se puede decir que haya una visión igualmente clara de lo que, teológica e históricamente hablando, significa ser reformado y ser una iglesia reformada. A riesgo de que otros muchos avancen las suyas propias, ofrecemos aquí lo que consideramos las marcas más sobresalientes de lo que verdaderamente es ser una iglesia reformada.

 

1) Las iglesias reformadas se reclaman de la Reforma protestante del siglo XVI. Esto le podrá parecer a muchos una perogrullada, pero tiene su importancia. Las iglesias reformadas tienen, o bien una continuidad orgánica e histórica que la remontan ininterrumpidamente hasta los días de la Reforma, o bien son iglesias que, por haber asumido lo que ella fue y significa aun hoy, han sido “injertadas” y están unidas espiritualmente a al cuerpo reformado que, aunque originariamente ajeno, ha llegado así a ser el propio.

Dicho de otra manera, las iglesias reformadas no son “modernas”, como actualmente se entiende esta palabra, ni ahistóricas. Ellas no se mantienen en el presente como flotando en el aire, sin conexión con el pasado. Ellas contemplan la Reforma de la misma manera que esta hacía con el periodo patrístico, la cual retuvo asimismo del periodo medieval lo que consideraba bíblico y bueno. Del mismo modo, las iglesias reformadas hoy asumen todo lo bíblico y bueno de la larga tradición de dos mil años de la iglesia cristiana. La iglesia reformada está animada por un verdadero espíritu de catolicidad, en el sentido más genuino del término, y no conoce ni “paréntesis” ni “grandes apostasías” por la que la Iglesia de Cristo se volviera como oculta por un periodo indeterminado de siglos.

 

2) Las iglesias reformadas están sometidas a la autoridad soberana de las Escrituras (Sola Scriptura). Ellas creen y confiesan lo que la Biblia dice de sí misma, a saber, que es la Palabra inspirada por el Espíritu Santo (2 Tim. 3:16; 2 Pe. 1:21) y que, por lo tanto, tiene a Dios por Autor. De esta manera, la autoridad de las Escrituras está por encima de la iglesia y de los creyentes. Ella está por encima de los ministerios de la iglesia, por lo tanto, del “Magisterio”. Ella también está por encima de toda opinión y enseñanza habida en la iglesia en el pasado (tradición) o en la actualidad. No son las declaraciones oficiales de la iglesia lo que dan validez y autoridad a lo enseñado por la Escritura. Lo contrario es la verdad: la Escritura es la que confirma, o invalida, lo que los creyentes y las iglesias han afirmado acerca de la doctrina cristiana, incluso en sus reuniones oficiales (sínodos o concilios).

Casi todos los evangélicos actualmente adherirán, al menos formalmente, con estas palabras. Pero la autoridad soberana de las Escrituras, a la que los reformados estamos adheridos, también está por encima del consenso actual de entre los cristianos, puesto que la verdad de la Palabra no es lo que todos, o más bien la gran mayoría de los cristianos actualmente crean y practiquen en la actualidad, sino lo que realmente enseña la Escritura. Se puede así dar el caso de que hoy día estemos casi universalmente en el error en determinadas cuestiones, y no por ello se afectaría para nada a la verdad de la Escritura. “Sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso” (Rom. 3:4). Asimismo, la autoridad soberana de las Escritura está en contra de la división de la iglesia en toda opinión y doctrina particular (principio de las denominaciones) como si todas fueran igualmente válidas.

 

3) Las iglesias reformadas mantienen la importancia de la Confesión de Fe.Las iglesias del tiempo de la Reforma casi inmediatamente se dotaron de confesiones que expresaran  con claridad y precisión su fe. De ahí precisamente que nos llamemos protestantes. Las confesiones de fe no se consideraban como “rivales” a la autoridad de la Escritura, sino que se formulaban precisamente a causa de la autoridad de la misma: la autoridad y la verdad de la Escritura reclama que su enseñanza sea expresada sin ambigüedades y de manera valiente. Que el creyente confiese su fe es una idea perfectamente bíblica (2 Cor. 4:13).

En las iglesias de la Reforma, las confesiones de fe siguen manteniendo un valor normativo. Este no está considerado como igual al de las Escrituras, sino es derivado y subordinado de ellas. Pero la autoridad de las Escrituras realmente no admite una situación de facto, revestida con el tiempo de jure, a saber, el pluralismo doctrinal entre sus ministros y miembros. La iglesia, a lo largo de la Historia, ha confesado de manera clara su fe. Cierto que estas confesiones pueden estar equivocadas, pero mientras esto no se demuestre y no se declare de manera igualmente oficial, las confesiones de fe mantienen un valor y una autoridad, aunque subordinada y dependiente de las Escrituras. El mal del liberalismo protestante procede, principalmente, es la pérdida de este principio confesional original de la Reforma.

 

4) Las iglesias reformadas están firmemente adheridas a la soberanía de Dios. En todos los aspectos de la realidad, ya sea en cuanto a la providencia o en cuanto a la salvación, Dios es realmente soberano por encima de todas sus criaturas. Dios es conocido, creído y adorado por los creyentes reformados como un Dios absolutamente soberano, puesto que Él se nos revela así en las Escrituras. La relación de Dios con el universo creado se establece a partir del plan eterno o Decreto de Dios, por el cual Él decidió inmutablemente todo lo que acontece en la realidad. El mundo no tiene un funcionamiento independiente ni autónomo a la voluntad de Dios. Dios ha creado, mantiene y dirige todas las cosas para Su gloria, y la salvación y la condenación de los pecadores serán en función del propósito eterno de Dios.

La fe en la soberanía de Dios, y de manera especial en el terreno de la salvación, es lo que ha conducido a la iglesia y a los creyentes reformados a creer y confesar a lo largo de los siglos las doctrinas de la gracia de Dios. Estos fueron resumidos de manera sintética en el Sínodo de Dordt, y es lo que actualmente se conoce como los “cinco puntos del calvinismo” (expresión que, personalmente, me desagrada profundamente, puesto que estas doctrinas no fueron ni son la “propiedad” de Calvino, sino que es el legado de la Iglesia Reformada, quien, al menos originalmente, rechazó ponerse bajo la denominación de personas particulares, manteniendo siempre su carácter eclesial… pero bueno, al menos, así son conocidas actualmente). Una iglesia reformada que contradiga estas doctrinas de la gracia y de la soberanía de Dios en la salvación es una contradicción en los términos.

 

5. Las iglesias reformadas creen y viven plenamente en el Pacto de Gracia. Las iglesias y creyentes reformados creen que la gracia por la que son salvos es recibida gracias al Pacto de Gracia con Dios y a través del mismo. Este pacto tiene sus raíces en la eternidad, en el Pacto de salvación entre las personas de la Trinidad, particularmente entre el Padre y el Hijo, para la salvación de los escogidos de Dios (Pacto de la Redención). En la Historia, este pacto es el que une a los creyentes y a sus hijos con Dios y Sus promesas de salvación. Este Pacto de Gracia en la Biblia es el que Dios estableció con Abraham y del que los creyentes somos los herederos. Este Pacto fue cumplido plenamente por Cristo. De esta manera, Antiguo y Nuevo Testamentos están unidos por el mismo y único Pacto. Los creyentes bautizados en Cristo son los herederos de las promesas a Abraham (Gálatas 3:27,29). Los hijos de los creyentes en el Nuevo Testamento reciben también las promesas de Dios, como las recibían los hijos de los creyentes en el Antiguo Testamento. Por lo tanto, los hijos de los creyentes han de recibir la señal del Pacto en el Nuevo Testamento (bautismo) de la misma manera que los hijos de los creyentes la recibían en el Antiguo (circuncisión). Posteriormente, los padres y la iglesia han de enseñarles la Palabra de Dios, a creer, confiar y obedecer durante el resto de sus vidas al Dios al que fueron consagrados por el bautismo.

Es un hecho que la Reforma admitió el bautismo de los hijos de los creyentes sobre la base de la doctrina del Pacto de Gracia. Todos los reformadores y todas las confesiones de fe del tiempo de la Reforma estaban unánimes en este punto. Realmente, no es posible ser reformado y sostener que el Antiguo y el Nuevo Testamento, Antiguo y Nuevo Pactos, son dos pactos esencialmente diferentes. Por otra parte, sostener que son el mismo Pacto y no admitir como bíblico el corolario de la doctrina del Pacto, el bautismo de los hijos de los creyentes, es una seria y grave contradicción. Verdaderamente, estamos aquí ante una de las grandes asignaturas pendientes del mundo evangélico que hoy se confiesa como reformado. Es necesario volver a escuchar, e intentar comprender, la doctrina original y unánime de la Reforma en este punto.

 

6. La iglesia reformada tiene una muy alta estima de la Ley de Dios. La Reforma del siglo XVI se centró en la gracia y en la justificación por la fe, pero ella también ofreció importantes enseñanzas en cuanto a la Ley de Dios. Ella describió claramente su función de mostrar a los hombres sus pecados, para que vayan a Cristo y confíen en Él para salvación (Gál. 3:19,22-24). También ella reconoció que la Ley contenía grandes enseñanzas en sus ceremonias y observancias en cuanto a la salvación que el Cristo tenía que realizar; si bien, una vez que Él cumplió la salvación, muriendo el sacrificio por los pecados en la cruz y resucitando de los muertos, estas ceremonias no tienen que ser más observadas, puesto que han sido ya cumplidas totalmente por Cristo. También la Reforma reconoció que las leyes civiles del Antiguo Testamento, aunque no han de ser observadas formal y literalmente, sí que contienen la equidad que es normativa para todas las naciones y pueblos de la tierra. La ley moral de Dios, de la que los Diez Mandamientos es un compendio, es la expresión permanente e invariable para todos los hombres, de todas las naciones, sean o no creyentes, la infracción de los cuales es siempre pecado.

La alta estima de la Reforma por la Ley de Dios es lo que hizo que se realzara el valor normativo de esta para la vida de los creyentes (compárese el detalladísimo estudio de la Ley de Dios en el Catecismo Mayor de Westminster). La Reforma produjo que los creyentes vivieran vidas bíblicas, conforme a las normas de la Palabra de Dios. Una de las piedras de toque de esto siempre ha sido la observancia seria del Domingo como Día de reposo y Día del Señor. Realmente, que haya creyentes e iglesias que se consideren reformados y que vivan vidas sin la ley de Dios (anomianismo), vidas según los estándares presentes en el mundo (secularismo ateo o papismo), y que, es más, se escandalicen cuando se les presenta la exigencia de conformar nuestras vidas con las normas de la Palabra, es una tremenda contradicción y un sinsentido.

 

7. Las iglesias reformadas valorizan las vocaciones seculares del creyente. La Reforma acabó con el monasticismo como ideal de vida y santidad cristiana. En su lugar, estableció que el cristiano ha de buscar glorificar a Dios en sus vocaciones seculares. Los creyentes se aplicaban a los trabajos no como a una maldición, no como a un fastidio o tedio (tal como normalmente se ha hecho en los países de tradición papista), sino como a algo ilusionante en lo que uno ha de intentar dar lo mejor de sí, hasta en los empleos más humildes. El resultado del trabajo no se dilapidaba en fiestas, en excesos y pompas del mundo, sino que primeramente se ofrendaban a Dios (diezmos y ofrendas) y luego se empleaban en el mantenimiento de la familia. Esta, en la Reforma, tiene un lugar central, no en un sentido extenso, tribal, sino nuclear, siguiendo la norma de Dios original en Génesis  (2:24). En ella se mantienen los roles bíblicos del padre como cabeza de familia, y la sumisión de los hijos a los padres. El resultado de todo ello fue un estilo de vida característico y la creación, en los lugares donde llegó a triunfar la Reforma, de una cultura característicamente protestante, marcada por el respeto a la ley, la laboriosidad, la austeridad, pero también la ilusión de vivir y finalmente la prosperidad de unas familias tremendamente sólidas, familias en el Pacto de la Gracia y que guardan las normas de la Palabra de Dios.

La insistencia de la Reforma en la vocación secular de los cristianos llevó a cuestionar las reuniones o cultos diarios, característicos de la tradición papista. Salvo excepciones, el funcionamiento normal en las iglesias de la Reforma es encontrar sólo un momento para reunirse entre semana (ya sea para reuniones de oración o de estudio bíblico). Pero la falta de reuniones diarias no creó en la Reforma un vacío espiritual. En su lugar, la Reforma concibió que los cultosdiarios sean familiares. Al principio, esta práctica fue consistente, pero con el tiempo se ha llegado a olvidar casi por completo, con el resultado, por ejemplo, de que los hijos de los creyentes, en el mejor de los casos, apenas reciban una hora de instrucción bíblica a la semana (en la iglesia) mientras que son atiborrados de horas de estudio y de formación en la escuela. No es de extrañar, pues, que el mundo nos haya ido arrebatando las mentes y corazones de nuestros hijos y que haya ido laminando, así, nuestras iglesias. Recuperar el enfoque bíblico y reformado para los asuntos de esta vida, y en particular para nuestras familias, es sin duda una de las mayores necesidades del día de hoy.

 

8. La iglesia reformada está constituida en torno a los ministerios de la iglesia. Si bien hay tradiciones evangélicas que dependen fundamentalmente de su rechazo a la idea del ministerio del pastor en la iglesia (particularmente, hablamos del darbismo), la iglesia verdaderamente reformada siempre ha reconocido como esencial para la iglesia la existencia de un ministerio de predicación y enseñanza legítimamente constituido. Es la consecuencia lógica de su insistencia en la autoridad suprema de la Escritura y aun del papel concedido a la confesión de fe. El ministerio de predicación y enseñanza deja de ser visto (como a menudo lo es) como algo secundario (y esto, en el caso de haberlo), sino que se pone al frente mismo de la vida de la iglesia. Por su importancia, no ha de ser repartido de manera igualitaria y democrática entre todos los miembros de la iglesia, mujeres incluido, sino que la figura del pastor tiene un lugar específico, por el hecho de ser él quien imparte lo que es la savia y el corazón mismo de la vida espiritual de la iglesia.

Pero la Reforma no concibió nunca el ministerio de enseñanza como una primacía en solitario en la cúspide de la iglesia. Ella puso igualmente en relieve la enseñanza bíblica acerca de los ministerios de la iglesia, subrayando los que en ella son permanentes por mandato apostólico: los ancianos gobernantes y los diáconos. Las iglesias verdaderamente reformadas nunca se han considerado “completas” hasta contar con el órgano de gobierno en el que los tres ministerios (el de pastor o anciano docente, el de anciano gobernante y el de diácono) estén presentes y funcionando conjuntamente en el gobierno de la iglesia (en nuestra terminología en español, el Consejo de la iglesia). Uno de los mayores empeños de los misioneros, o de los pastores en iglesias pequeñas, ha de ser la de llegar a establecer el debido Consejo de iglesia, formando debidamente a los ancianos y diáconos para que la congregación pueda permanecer por generaciones (tal como es la voluntad de Dios en el Pacto de Gracia).

 

9. La iglesia verdaderamente reformada tiene una adoración regulada por la Palabra de Dios. En la Reforma, la adoración a Dios es concebida como uno de los asuntos de mayor importancia en la iglesia. Como hemos dicho, Dios es conocido y adorado como un Dios soberano; las expresiones de amor a Dios nunca dan pie para la falta de reverencia o de respeto ante Su presencia o en las formas en las que se le da culto. La adoración a Dios es el terreno propio y particular de Dios y Él ha revelado en Su Palabra la manera cómo quiere ser adorado. El segundo mandamiento del Decálogo prohíbe toda invención humana que Dios no haya ordenado en Su Palabra. El culto reformado es sencillo y sobrio, reverente y bíblico, y en él la Palabra de Dios, leída y predicada, tiene un lugar central e insustituible. De hecho, todo el culto reformado transcurre como la respuesta de los hombres a la Palabra que Dios les dirige a cada momento del culto.

Históricamente, el canto de Salmos es una marca del culto público reformado. Dejando de lado la cuestión de la salmodia exclusiva, se puede decir que el canto de Salmos siempre ha tenido un lugar central, un lugar por excelencia en el culto reformado. Por tanto, es bastante sorprendente que el mundo reformado hoy haya dejado de lado casi completamente el canto de Salmos, de manera que actualmente se tiene que ir reintroduciendo como una novedad. Asimismo, es bastante llamativo ver iglesias reformadas que tienen una forma de dar culto público más bien de tipo carismático, de manera que uno se pregunte que qué fue del carácter eminentemente bíblico y reverente del culto reformado. No se trata, como a veces se dice, que el “fondo” siga siendo reformado aunque las formas sean “carismáticas”. Lo contrario es cierto, y por lo tanto es cuestión de tiempo que la iglesia se manifieste plenamente como tal.

 

10. Por último, la iglesia reformada se caracteriza por promover la unidad de la iglesia visible. Las iglesias locales que abrazaron la Reforma en el s. XVI estuvieron animadas desde el inicio mismo por el ánimo de buscar y promover la unidad visible de la iglesia. Todo lo que hemos estado viendo hasta el momento (las nueve marcas anteriores) no fueron las características de iglesias aisladas, aquí y allá, sino que fueron las marcas características de todo el movimiento reformado en todo lugar. Las iglesias estuvieron unidas por estructuras estables de comunión, y no sólo de comunión, sino de gobierno en común. Algunas iglesias nacionales mantuvieron el sistema de gobierno episcopal. Pero la mayoría de las iglesias reformadas adoptaron el sistema presbítero-sinodal, que no era más que la continuación del sistema conciliar de la iglesia durante el periodo patrístico. Y que, en realidad, es el sistema bíblico.

Realmente, el congregacionalismo y el independentismo a ultranza no fueron marcas características de la Reforma, y no se introdujeron en ella hasta bien entrado el siglo XVII. La Reforma del siglo XVI miraría extrañada a una iglesia que, celosa de guardar su independencia, no buscara integrarse en un cuerpo eclesiástico que guarde la misma doctrina, gobierno y adoración que ella misma.

 

Hasta aquí, pues, las marcas que personalmente me parecen más sobresalientes de lo que es ser una iglesia verdaderamente reformada. Tal vez haya más. Pero con estas marcas tenemos materia suficiente, si queremos aplicarnos a la gran tarea de trabajar para ver una nueva Reforma en nuestros días.

 

Jorge Ruiz Ortiz.



69 respuestas a “Las «9 + 1» Marcas de la Iglesia Verdaderamente Reformada”

  1. Pastor Ruiz, lo felicito por este articulo!!!realmente causara serias reflexiones sobre los que se llaman «reformados» pero que niegan estos aspectos doctrinales esenciales!!

    Me gusta

    1. Muchas gracias, Raymundo.
      Bendiciones para usted y los suyos,
      Jorge Ruiz

      Me gusta

      1. Avatar de Bnjamin Ferrer
        Bnjamin Ferrer

        Muy buen trabajo inspirado en su gracia.

        Me gusta

  2. […] autoridad soberana de las Escrituras (Sola Scriptura). Ellas creen y confiesan lo que la Biblia dice de sí misma, a saber, que es la Palabra inspirada por el Espíritu Santo (2 Tim. 3:16; 2 Pe. […]

    Me gusta

  3. Hola,bendiciones.Muy lindo tu articulo,y muy interesante.
    Sin animo de contienda,y respetando totalmente vuestros conceptos, les dejo un breve comentario,ya que me tome la libertad de copiar este articulo en mi blog,pero con una nota,que se las dejo para vuestro conocimiento.Saludos
    Nota: Como cristiano evangelico bautista, respeto la doctrina del bautismo de los hermanos estrictamente calvinistas o reformistas,pero no estoy de acuerdo. Creo en la necesidad del bautismo de convertidos, ya que es un testimonio de fe del cristiano. No creo en el bautismo de parvulos, porque el bautismo en si como rito no salva a nadie.Es la obra del Espiritu Santo en la vida del convertido que le aplica los meritos de la obra de la cruz de Cristo y los meritos redentores del Señor a cada nuevo convertido que decide dar este paso de obediencia como señal de su fe salvadora en Jesucristo.(Paulo Arieu)
    bendiciones,hermanos y que Dios los siga usando con vuestros articulos.bendiciones.Paulo Arieu

    Me gusta

    1. Estimado hermano Paulo:

      Muchas gracias por su comentario y por compartir mi artículo en su blog. Comprendo perfectamente su posición acerca del bautismo. Aprecio su respeto hacia nuestra posición paidobautista, pero no siempre es el caso, incluso entre creyentes que se denominan reformados. Últimamente parece que les da incluso por decir que el bautismo de niños fue «el becerro de oro de los reformadores».

      Por creo que es necesario también que los creyentes paidobautistas expliquemos más y mejor nuestra posición. Espero poder escribir en breve un artículo al respecto.

      En todo caso, nosotros tampoco creemos que el bautismo de infantes salva, y también creemos en la necesidad de regeneración y conversión del niño. Los bautizamos tan sólo en consideración al Pacto de Gracia, a que Dios también les extiende a ellos las promesas que hace a nosotros los padres creyentes. Y creemos que no sólo estamos justificados a hacerlo, sino que es una ordenanza de Dios en el Pacto de Gracia.

      Un muy cordial saludo en Cristo, hermano. Que el Señor les siga bendiciendo ricamente.
      Jorge Ruiz

      Me gusta

    2. El bautismo no es asunto de paido testimonio, segun el precepto biblico reformado, sino vinculante con la gracia y la fe, ligado generacional mente con la promesa. Aca se requiere un mejor acercamiento al analis u s escritural y teologico,
      para destacar las posturas historicas de la reforma, además no debe confundirse el bautismo con la postura romana. Saludos en Jesús

      Me gusta

      1. Ivan,no entendi bien tu comentario.Sos presbiteriano? Saludos

        Me gusta

      2. Yo creo que sí que lo entendí. Me parece que se asimila mi comentario acerca del bautismo a las posiciones bautistas, en el sentido de que el bautismo tendría meramente el valor de una profesión de fe, en este caso, paidobautista. Si es así, no hay razón, porque en la posición reformada el bautismo siempre es contemplado como un sacramento, si bien no como transmitiendo la gracia «en virtud del acto mismo» (ex opere operato). Saludos

        Me gusta

  4. Muy bueno pastor Jorge. Seguimos orando por la Reforma que nunca tuvo nuestro país por causa de la llamada Santa Inquisición.

    Quiera Dios que las iglesias provenientes de la Reforma vuelvan a sus postulados.

    Gracia abundante sean sobre Ud y su familia!

    Me gusta

    1. Muchas gracias, hermano Juan.

      ¡Saludos fraternales a su familia y a la congregación en Gran Canaria!

      Me gusta

  5. Muy buen estudio hermano, Dios le bendiga. Saludos desde México.

    Me gusta

    1. El Espíritu Santo a través del apóstol Pedro nos revela que el bautismo, no quita las inmundicias de la carne, pero sí salva (1 Ped. 3:21). ¿Y por qué salva el bautismo? Porque el Espíritu Santo aplica los beneficios de la obra de Cristo a través de este sacramento. No en vano es un medio de gracia.

      Me gusta

      1. Hola Lino! Si el bautismo no quita las inmundicias ¿Como entiende Ud que salva? Porque si se nos aplicara la obra de Cristo las inmundicias serían quitadas ¿O no?

        Me gusta

  6. Con todos mis repetos a los bautistas reformados. No entiendo cómo se puede ser calvinista-anabaptista cuando lo que más refutó Calvino fue el anabaptismo tratándolo de herejía.

    Es cierto, pastor Jorge, lo que los anabaptistas calvinistas dicen de nosotros referente al paidobautismo declarando que es “el becerro de oro de los reformadores” ¡Y cosas peores he escuchado, aún del intocable Paul Washer!

    Estos hermanos no terminan de entender que se necesita más fe para creer que Dios hará en nuestros pequeños la regeneración que se promete en el sacramento que fiarse de una confesión de un adulto supuestamente convertido y que puede ser tan engañosa como la de Simón el mago o el mismo Judas ¿Quién es más credobautista? ¿Quién hace más ejercicio de fe?

    Unos creen en el testimonio que los hombres dan de sí mismos y otros creemos en la promesa de Aquel que llama las cosas que no son como si fuesen.

    Me gusta

  7. Amado hermano Sanabria: Mi comentario fue en razón a que se afirma comunmente, como lo hace el pastor Ruiz Ortiz al responder al comentario bautista del siguiente modo: «nosotros tampoco creemos que el bautismo de infantes salva». Como personalmente sí creo que el bautismo, sea en niños o en adultos, es para salvación, cito 1 Ped. 3:21, que dice: «El bautismo que corresponde a esto ahora NOS SALVA… por la resurrección de Jesucristo», añadiendo éste, su servidor: «¿Y por qué salva el bautismo? Porque el Espíritu Santo aplica los beneficios de la obra de Cristo a través de este sacramento. No en vano es un medio de gracia». Respecto a la parte del texto que está entre paréntesis: «No quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios», tendrá usted que discutir con el Espíritu Santo por qué enseña que el bautismo no quita las inmundicias de la carne. Según me parece, usted confunde regeneración con santificación. Abrazos.

    Me gusta

  8. Estimado hermano Lino:

    Nadie duda que el bautismo «es para salvación», ni que es «un sacramento», ni que es «un medio de gracia».

    Las siguientes palabras de la Confesión de Westminster, que suscribo plenamente, explican muy bien el sentido de mis palabras acerca del bautismo:

    «Aun cuando el menosprecio o descuido de este sacramento sea un gran pecado, no obstante, la gracia y la salvación no están tan inseparablemente unidas a él que no pueda una persona ser regenerada o salvada sin el bautismo, o que todos los que son bautizados sean indudablemente regenerados» (art. 28,5).

    Estamos hablando de la eficacia del sacramento. A no ser que usted profese el «ex opere operato» de la iglesia romanista, entonces tendrá que creer y afirmar igualmente:

    «La eficacia del bautismo no está ligada al preciso momento en que es administrado» (art. 28,6)

    Claro está, esto no significa que sea una ceremonia vana (es decir, no sea un sacramento), pues la Confesión añade inmediatamente:

    «por el uso correcto de este sacramento, la gracia prometida no sólo se ofrece, sino que realmente es manifestada y otorgada por el Espíritu Santo a aquellos (sean adultos o infantes) a quines corresponde aquella gracia, según el consejo de la propia voluntad de Dios, en su debido tiempo»

    Lo que está diciendo la Confesión es que el bautismo sella la gracia significada en él A LOS ELEGIDOS (cf. la expresión «según el consejo de la propia voluntad de Dios») y que ella será «otorgada… EN SU DEBIDO TIEMPO».

    Si usted es presbiteriano, creo que tendría que aceptar estas enseñanzas. Pero retomando sus palabras: ¿el bautismo salva? Tomando la literalidad de las palabras de 1 Pe. 1:21, hemos de decir que sí. ¿De qué manera? Según la Confesión, pues, Dios cumplirá en la vida de sus elegidos lo que este sacramento significa («señal»). Es una promesa solemne de Dios para ellos («sello»). Si usted no acepta esto, entonces está diciendo que todos los bautizados han sido salvos, es decir, temporal y condicionalmente salvos. Y si usted afirma esto, entonces hermano le tengo que decir que esto es teología romanista.

    Sin ánimo de polemizar, sino simplemente de aclarar posiciones.

    Un fraternal abrazo,
    Jorge Ruiz

    Me gusta

  9. Estimado Lino:

    El hermano Jorge afirma que el bautismo no salva y Ud dijo que sí y que no en vano es medio de gracia. Ahora dice que es «para» salvación y el hno. Jorge citando la Confesión dice que no está ligada al momento en que se administra.

    Ud puede ver algo en el bautismo y en el momento en que se aplica y que dice que «no es la regeneración». Vale, estoy de acuerdo, pero mi pregunta no es al Espíritu Santo sino a Ud. Si no se otorga la regeneración en el momento, si es «para» salvación «en su momento» y si Ud. dice que yo confundo regeneración con santificación, entonces ¿Qué se otorga en el momento según Ud.? ¿La santificación? ¿La remisión del pecado original y el lavamiento de la culpa? Déjenme citar el Catecismo de Heidelberg:

    69. Pregunta: ¿Por qué el Santo bautismo te asegura y recuerda que eres participante de aquel único sacrificio de Cristo hecho en la Cruz?

    Respuesta: Porque Cristo ha instituido (a), el lavamiento exterior del agua, añadiendo esta promesa (b), que tan ciertamente soy lavado con su sangre y Espíritu de las inmundicias de mi alma, es a saber, de todos mis pecados (c), como soy rociado y lavado exteriormente con el agua, con la cual se suelen limpiar las suciedades del cuerpo.

    a) Mateo 28:19.
    b) Mateo 28:19; Marc. 16:16 Hechos 2:38; Juan 1:33; Mateo 3:11; Rom. 6:3, 4.
    c) 1 Pedro 3:21; Marc. 1:4; Luc. 3:3.

    Voy concluyendo. El Credo Ecuménico aceptado por nuestras iglesias de Nicea-Constantinopla dice que «creemos en un bautismo para remisión de pecados» y San Agustín apuraba el bautismo de los hijos de los fieles para que recibieran la remisión aquí citada.

    Pregunto ¿No será que lo que se otorga en el sacramento, especialmente a los infantes, es la remisión del pecado original y la santificación o separación de los infieles en espera de la regeneración?

    Un saludo fraternal a todos!

    Me gusta

  10. Efectivamente, hermano Juan.

    ¿cómo nuestros hijos van a ser «hijos de la ira», por un pecado de Adán que Dios les imputaría inmediatamente (como al resto de la Humanidad), si al mismo tiempo Dios en el Pacto los declara «santos» (1 Cor. 7:14), «hijos del Pacto» (Hch. 3:25), «herederos de las promesas» (Gal. 3:29)?

    Esto no es regeneración bautismal, sino no-imputación del pecado original, o remisión de la culpa (no de la corrupción) del pecado original, una doctrina de la Reforma. Si es así, ¿quién les puede negar el bautismo a los hijos de los creyentes?

    ¿Y cómo van a ser nuestros hijos miembros de la iglesia visible (Ef. 6:1-2, por ejemplo) sin que se les haya presentado y aplicado visiblemente las promesas del Pacto por medio del bautismo?

    La posición reformada acerca del bautismo de infantes se impone por su lógica aplastante.

    Un fraternal abrazo,
    Jorge Ruiz

    Me gusta

  11. Gracias pastor Jorge, es una idea que recoge y condensa toda la realidad de las promesas del Pacto aplicadas y decretadas sobre el pueblo Santo de Dios. Solo a Dios sea la Gloria

    Me gusta

    1. Gracias, Diego, por el comentario. Exponer la verdad de la Palabra produce la alabanza del pueblo de Dios a su Dios, qué bueno. Sólo eso ya es un gran estímulo para darla, ¿verdad?
      Un abrazo y muchas bendiciones

      Me gusta

  12. Muchas gracias hermano Jorge. Quedamos entonces en que en el bautismo, en virtud del Pacto y su promesa, se otorga la gracia del perdón del pecado original en los infantes, si bien no hay regeneración, y ordinariamente tendremos que esperar a la edad del discernimiento para ver la obra de Dios en ellos cuando se arrepientan de sus pecados personales y depositen su fe solo en Cristo para salvación de sus almas.

    Entonces confesarán su fe ante los fieles, como testimonio personal, y pasarán a la confirmación de su fe en la participación del sacramento de la Cena del Señor, que es señal de su pascua y liberación personal y comunitaria.

    Qué Dios le bendiga ricamente!

    Me gusta

    1. Amén, hermano.

      La única precisión que haría es la que ya he expresado al hermano Lino, acerca de la no-necesidad absoluta del bautismo para este perdón.

      Creo que esta gracia no depende tanto de la imposición de la señal (bautismo) sino de las promesas de Dios sobre la cual esta se funda. Es decir, que esta gracia se da aun sin el baustimo. En todo caso, la ordenanza de Dios es clara y ha querido unir esta gracia con la señal visible del bautismo.

      Por lo demás, mire usted qué maravilla, que estoy seguro que conocerá bien:

      «Y este pecado original no es del todo anulado, ni enteramente extirpado ni aun por el Bautismo, ya que de ahí surge siempre el pecado como corriente subterránea, al igual que de una fuente impura; si bien a los hijos de Dios no les es imputado para condenación, sino que les es perdonado por su gracia y misericordia» (Confesión Belga, art. 15)

      El Señor siga bendiciendo su vida, familia y ministerio

      Me gusta

      1. Espere hermano que me surgió una pregunta!!!

        Ud. menciona una «no-imputación» del pecado y la confesión nos habla de remisión por gracia y misericordia.

        Donde no hay imputación de la culpa no hay pecado, sin embargo nacemos en maldad, no en santidad ni neutralidad ¿No es cierto? Sería caer en la herejía pelagiana.

        Entonces, más que una «no-imputación» ¿No sería más correcto decir que después de imputarse la culpa del pecado de Adán es imputada a los hijos del Pacto la justicia de Cristo para remisión? ¿O no está esta gracia del perdón ligada a la obra vicaria de nuestro Señor? Pregunto….

        Me gusta

  13. La confesión también habla de que el pecado original «no les es imputado». Ante el Dios de justicia infinita, la no imputación en sí misma es perdón.

    No estamos hablando de la no imputación por Dios de la propia corrupción interior del hombre, sino del pecado de Adán y de su culpa a toda su descendencia. La no imputación no significa que el hombre está en estado neutral ante Dios, puesto que la realidad es que sigue y seguirá siendo pecador.

    Pero, si por otra parte hablamos de imputación de la justicia de Cristo para perdón, entonces estamos hablando de la justificación. De esta manera, se acaba diciendo que el bautismo procura la justificación del bautizado.

    Prefiero, pues, permanecer en la «no imputación». La Escritura misma habla de «pasar por alto» los pecados (Rom. 3:25).

    Por supuesto, esta no imputación es en virtud de la obra de Cristo, la «sangre de la alianza» (Hb. 10:29).

    Me gusta

    1. Hermano Jorge, mire que Ud. es cauteloso con la terminología, lo cual es de alabar, y me percaté de la «no-imputación», pero ¿Por qué tener miedo a decir que recibe la imputación de la justicia de Cristo? ¿Cree Ud. que esto iría unido a la regeneración y la salvación eterna?

      Hace Ud. mención de la sangre de la Alianza en la cual Cristo nos sustituye pero ¿No lo hace también por nuestros pequeños para la justificación que no pueden obtener por sí mismo y que aplaca la ira mencionada por la naturaleza Adámica?

      ¿No tuvo que ser sacrificado un cordero en la Pascua para que la ira de Dios pasara de largo al ver la sangre aplicada aunque no todos los moradores de esas casas habían sido regenerados?

      ¿No era perdonado el pueblo de Israel cada año cuando era ofrecido en sacrificio un cordero aunque muchos de ellos nunca fueron regenerados?

      ¿No dice la confesión que «la sangre es aplicada» al alma lo mismo que el agua al cuerpo?
      ____________

      CATECISMO DE HEIDELBERG
      69. Pregunta: ¿Por qué el Santo bautismo te asegura y recuerda que eres participante de aquel único sacrificio de Cristo hecho en la Cruz?

      Respuesta: Porque Cristo ha instituido (a), el lavamiento exterior del agua, añadiendo esta promesa (b), que tan ciertamente soy lavado con su sangre y Espíritu de las inmundicias de mi alma, es a saber, de todos mis pecados (c), como soy rociado y lavado exteriormente con el agua, con la cual se suelen limpiar las suciedades del cuerpo.

      a) Mateo 28:19.
      b) Mateo 28:19; Marc. 16:16 Hechos 2:38; Juan 1:33; Mateo 3:11; Rom. 6:3, 4.
      c) 1 Pedro 3:21; Marc. 1:4; Luc. 3:3.
      ____________

      CONFESIÓN BELGA
      Art. 34 (parte final)
      Por tanto, reprobamos el error de los Anabaptistas, quienes no se conforman con un solo bautismo que una vez recibieron; y que además de esto, condenan el bautismo de los niños de creyentes; a los cuales nosotros creemos que se ha de bautizar y sellar con la señal del pacto, como los niños en Israel eran circuncidados en las mismas promesas que fueron hechas a nuestros hijos. Y por cierto, Cristo ha derramado su sangre no menos para lavar a los niños de los creyentes, que lo haya hecho por los adultos. Por lo cual, deben recibir la señal y el Sacramento de aquello que Cristo hizo por ellos; conforme el SEÑOR en la Ley mandó participarles el Sacramento del padecimiento y de la muerte de Cristo, poco después que hubieran nacido, sacrificando por ello un cordero, lo cual era un signo de Jesucristo. Por otra parte, el Bautismo significa para nuestros hijos lo mismo que la Circuncisión significaba para el pueblo judío; lo cual da lugar a que san Pablo llame al Bautismo “la circuncisión de Cristo”.

      ¿No existe la posibilidad de que estos pequeños reciban la justificación de Cristo como una gracia temporal hasta que alcancen el discernimiento y reciban el llamamiento eficaz apropiándose de ella con plena conciencia de fe y sin caer jamás de este estado?

      Porque ¿Cómo pueden ser llamados justos y pertenecer a la comunidad de los justos si la justicia de Cristo no les es imputada y remitido su pecado? ¿No es esto la justificación? ¿Quedar libre de culpa? Esto no tiene porqué implicar regeneración, sino que serían partícipes (lo mismos que muchos israelitas incircuncisos de corazón) de gracias comunes a toda la iglesia visible.

      Cuando hablo de su participación en gracias comunes o temporales me refiero a lo que dice la Confesión de Westminster X.IV:

      “Los otros no elegidos, aunque sean llamados por el ministerio de la palabra y tengan algunas de las operaciones comunes del Espíritu, sin embargo nunca vienen verdaderamente a Cristo, y por lo tanto no pueden ser salvos; mucho menos pueden los hombres que no profesan la religión cristiana ser salvos de otra manera, aun cuando sean diligentes en ajustar sus vidas a la luz de la naturaleza y a la ley de la religión que profesan; y el afirmar y sostener que lo pueden lograr así, es muy pernicioso y detestable.”

      Hermano Jorge, le ruego que tenga paciencia conmigo. Le pregunto porque sé que está capacitado para responderme.

      Un abrazo en el Amado!

      Me gusta

  14. Estimado hermano Juan:

    Muchas gracias por su comentario. Siempre he creído que el debate y el intercambio de ideas es bueno. Algunos parecen temerlo, pero yo creo que es sano, como mínimo para ayudarle a uno a precisar aun más sus propias ideas.

    En este asunto no puedo hablar «pontificando» afirmaciones, pues reconozco que hay muchas cosas en el asunto del bautismo que se me escapan. Una de las cosas que personalmente más me maravillan de la doctrina bautismo de infantes es que ella hace aparecer de manera resplandeciente que el bautismo se trata de un alto misterio, como lo son también las doctrinas de la Trinidad o la predestinación (en comparación, la postura bautista me parece una forma más que nada racionalista de la doctrina del bautismo).

    Si tomamos la Confesión de Fe de Westminster, por ejemplo, veremos que ella no detalla mucho acerca del cómo se produce la eficacia del bautismo. En el punto cinco, rechaza una comprensión unívoca de la eficacia del sacramento, pero lo hace de manera que incluso, si nos fijamos, llega a admitir (implícitamente) que en algunos casos la gracia de la regeneración se dé en el bautismo. Pero lo que ella rechaza es afirmar que sea siempre y en todos los casos así. Ese es el error romanista que, desgraciadamente, también se ha extendido a partes del protestantismo.

    Si vamos a buscar en las teologías de autores reformados, creo que veremos una actitud parecida: sorprendentemente, tampoco hablan mucho de la eficacia del bautismo, salvo generalmente para rebatir la noción de la regeneración bautismal. Es una posición defensiva, ciertamente, pero también necesaria. Calvino, eso sí, se extendió bastante más y de manera bastante más asertiva en este punto. Con todo, no creo que sea el tema que más desarrolla.

    Bueno, quiero decir con esto que, si «la prudencia y el cuidado» (Confesión de Westminster 3,8) son importantes en general para el pastor y el teólogo, en este punto (como en la predestinación) son especialmente importantes. No es, pues, por temor si uno toma sus precauciones a la hora de hablar, sino que creo que es un ejercicio de responsabilidad.

    Hablamos entonces de su afirmación, de que Dios, por medio del bautismo, perdona la culpa del pecado original en los pequeños, impartiéndoles asimismo temporalmente la justicia de Cristo, hasta que sean llamados eficazamente a la gracia (regenerados). Usted siempre precisa que esto no implica regeneración. Pero la verdad es que no veo que esto pueda ser así, puesto que el bautismo no es menos promesa de regeneración que lo es del perdón de los pecados. Igualmente se puede decir de la unión a Cristo, justificación, santificación y salvación. Si siempre y en todos los casos Dios hace así en el bautismo (operar el perdón de la culpa del pecado original de este modo), creo que se sigue que Dios hace igual en cuanto a la regeneración, justificación, santificación y redención.

    Es por esto que en esta cuestión de la eficacia del bautismo me quedo con lo que me parece más seguro: Dios no imputa a los hijos de los creyentes, a los hijos del Pacto, el pecado de Adán, como lo hace con el resto de la Humanidad. La razón es incuestionable: ¿cómo van a tener a Adan como cabeza federal del pacto, si Dios los considera en el Pacto cuya cabeza es Cristo? Esta no imputación es una forma, pues, de perdón, porque la realidad es que los hijos de los creyentes tienen una naturaleza corrompida por causa de este mismo pecado de Adán, del que son herederos. Creo que esto es algo que se puede decir de todos los que hayan recibido correctamente el bautismo en virtud del Pacto del gracia (sean o no elegidos), que es, pues, una gracia común.

    ¿Significa esto que Dios no perdone completamente la culpa del pecado original de la manera que usted describe? Yo tampoco me atrevería a decirlo. Por ejemplo, en el caso de los hijos de creyentes que mueran como bebés o a una muy corta edad. Si, con los Cánones de Dord, afirmamos (como afirmo) que ellos son salvos en virtud del Pacto de Gracia, hemos de decir que Dios, para salvarlos, no sólo ha remitido completamente el pecado original sino que los ha también regenerado. Pero, ¿es el bautismo una necesidad absoluta para ello? Tampoco creo que se pueda decir esto. Con todo, en este asunto vemos la importancia del bautismo de niños, que es algo que no se puede obviar por los creyentes a voluntad, puesto que hablamos de las cosas santas de Dios. El punto fuerte de sus palabras, hermano, es recordarnos precisamente esto mismo: tendemos a relativizar demasiado, divorciando la gracia de la señal de la gracia. Hemos de distinguirlas, pero sin dividirlas.

    La posición de la Reforma sobre el bautismo es que este es una promesa de salvación en el Pacto de Gracia que Dios cumplirá en los elegidos a lo largo de sus vidas. Para ellos, no sólo es el anuncio sino también el sello de que Dios les perdona todos sus pecados a lo largo de sus vidas, incluido por supuesto el original. El bautismo es una gracia que, conforme al decreto de Dios, va a ir seguida de otras muchas.

    Se me calienta la cabeza pensando como hay algunos que blasfeman de todo esto, calificándolo de idolatría. Pero, en fin, me intento calmar para irme tranquilo a dormir, pues hermano, a la 1:09 de la mañana, ya va siendo hora.

    Ha sido todo un placer, hermano, poder compartir todo esto con usted.

    Un fraternal abrazo,

    Me gusta

  15. Querido hermano Jorge:

    El agradecido soy yo, pues me consta que para todo esto tiene que sacar tiempo y sé que el temita se las trae. Me alegra mucho lo que dice contra el relativismo y el investigar para aclarar mejor las doctrinas que ya nos son conocidas pero que podemos manejar y defender mejor. Admiro igualmente su prudencia y sentido de responsabilidad.

    He entendido todo lo que me ha dicho y creo que es bueno quedarnos con la misma conclusión que saca Calvino respecto a este sacramento al decir que es un ancla que nos ata a la promesa a menos que no haya elección, pero que mientras no se demuestre lo contrario, nuestros hijos son también hijos de Dios. Al menos ese es el trato que yo le doy a mis hijas de 12 y 9 años hasta que hagan la Profesión de Fe y les digo hagan o no hagan esto porque ustedes son hijas de Dios.

    Viene a ser un poco como la dictadura y la democracia. En la dictadura todo el mundo era culpable hasta que se demostraba lo contrario y había miles de ejecuciones de personas que no habían cometido ningún delito. Llegada la democracia se dice que todo el mundo es inocente hasta que se demuestre lo contrario, pues así hago con mis hijas. Los antipaidobautistas tratan a sus hijos como inconversos, como extraños a Dios y alejados de sus promesas, lo mismo que los paganos. Sin embargo la Teología del Pacto con el paidobautismo otorga un gran consuelo y esperanza a los padres creyentes siendo el sacramento dado a ellos un estímulo de nuestra fe.

    Por lo pronto me quedo, para no rebajar mucho el sacramento, con que en virtud del Pacto y por la fe, en el sacramento se otorga, estimulados por nuestros sentidos externos la remisión del pecado original a nuestros pequeños y un comienzo de santificación. Pero como lo demás son obras secretas de Dios esperaremos a ver si el árbol ha sido plantado por el Padre o no.

    Le dejo con unas buenas palabras de Berkhof en relación a este asunto.

    El bautismo es una señal y un sello del pacto de gracia. No significa una cosa y sella otra, sino que pone el sello de Dios sobre aquello que el pacto significa. Según nuestros símbolos confesionales y nuestra forma de administración del bautismo, éste significa el lavamiento de nuestros pecados, y esto no es sino una breve expresión de la remoción de la culpa del pecado en la justificación, y de la remoción de la corrupción del pecado en la santificación, la cual, a pesar de todo, es imperfecta en esta vida. Y si esto es lo que significa el bautismo, entonces esto es también lo que sella. Y si se dice, como a veces acontece en nuestra literatura Reformada, que el bautismo sella la promesa o las promesas de Dios, esto no significa nada más que garantice la verdad de la promesa, sino que asegura a los recipientes, que son los herederos designados para las bendiciones prometidas. Esto no necesariamente significa que ellos ya están, en principio, en posesión del prometido bien, aunque esto es posible, y puede hasta ser probable; sino que significa, ciertamente, que son los herederos designados, y que recibirán la herencia, a menos que se muestren indignos de ella y la rechacen.
    (BERKHOF, L. Teología Sistemática)

    Un abrazo en el Señor y ánimo!

    (Aquí es la 1.35 am, una hora más para Ud. Nos van a contratar para la saga esa de Crepúsculo jajajajajajaja)

    Pd. Respecto a la especie híbrida «calvinista-anabatista» no se preocupe que nos tilden de idólatras. Son sumamente excluyentes. Por algo Calvino los comparó con los novacianos. Gracias a Dios que siempre los hay realmente sinceros y respetuosos.

    Me gusta

    1. Muchas gracias por el comentario, hermano Juan. Tenemos una visión muy parecida de como ver a nuestros hijos en el Pacto. Personalmente, fue el tener hijos lo que me hizo decantar definitivamente por la teología del pacto y el bautismo de los niños. Antes, como soltero y recién casado sin hijos, la había estudiado en el seminario reformado en Francia. Lo hice en profundidad porque me interesaba y apenas me quedaron razones para no aceptarla. Pero creo que, ante las perspectivas de aceptarlas o no (ministeriales, más que nada), di un brinco y la rechacé. Ahora veo que fue un pecado hacerlo. Resistir a la verdad de la Palabra de Dios, aunque sea en una doctrina de la que no depende directamente la salvación, es un pecado. Pero, en fin, Dios es misericordioso. Ahora veo claramente esta doctrina que no cambiaría por nada.

      Comprendo, pues, perfectamente a los bautistas que están completamente ignorantes de la doctrina, pues yo fui uno de ellos (hasta pocos meses antes de irme a Francia) y también comprendo perfectamente a los bautistas que, comprendiendo la doctrina, se resisten a ella, porque también yo fui uno de ellos. Pero, por eso mismo, me siento capacitado para decir que tendrían que ser plenamente coherentes y abrazar la doctrina reformada en su totalidad.

      Creo que tienes razón, pero sólo en parte, cuando dices que los bautistas «tratan a sus hijos como inconversos, como extraños a Dios y alejados de sus promesas, lo mismo que los paganos.» Algunos ciertamente lo hacen. Pero otros no, tal vez la mayoría, porque no creo que se pueda vivir de manera plenamente consistente con estas convicciones, sobretodo amalgamadas con las doctrinas reformadas. Me pregunto si alguien conscientemente puede querer tener un hijo, si sabes que al nacer será hijo de la ira, que además es esclavo del pecado y que no podrá ni querrá hacer nada para su salvación, y que no puedes tener certeza alguna acerca de la misma, puesto que desconoces a priori si será un elegido y que para ti el pacto de gracia, que Dios da las promesas de salvación también a los hijos de los creyentes, no significa gran cosa. En su libro sobre el bautismo, Pierre Marcel preguntaba en algún lugar si en ese caso valía la pena tener hijos. Me impactó mucho cuando lo leí, recién nacido mi primer hijo.

      En cuanto a mis hijos, como tú yo no los trato como a inconversos «hasta que se demuestre lo contrario», ni tampoco los trato como a «presuntamente regenerados». Los trato como lo que son: hijos del Pacto. Les enseño a diario la Palabra de Dios, les hablo de continuo acerca de la gracia de Dios en el Evangelio, pero también les hablo de las responsabilidades se estar en pacto con Dios. A veces también les recuerdo acerca de su bautismo.

      En fin, aunque no esté dando muchos argumentos dogmáticos, creo que seguimos en el terreno de la teología (práctica).

      Un abrazo y que mañana tengáis un Día del Señor de mucha bendición,
      Jorge

      Me gusta

  16. Avatar de Escogido por Gracia
    Escogido por Gracia

    Saludos hno. Ruiz, he estado leyendo los argumentos suyos y los del pastor Sanabria y me parecen importantes, jalonan la doctrina en este momento donde esta no es lo mas importante en muchas iglesias.

    El pastor Sanabria es mi hno. en la fe, y amigo en la distancia ya que vivimos separados por el Atlántico pero cercanos en el afecto entrañable de los hijos de Dios. El me recomendó este sitio suyo, el cual considero de inapreciable valor para el testimonio de la fe reformada.

    El tema del bautismo es intrincado por el misterio que encierra, sin embargo, pocos son los que se dan cuenta de ello, la mayoría lo tiene por un acto simbólico al punto de que hasta se puede procrastinar el acto sin la menor importancia.

    Calvino, por su parte, nos lleva de la mano a penetrar en ese misterio y nos dice que el bautismo tiene tanta importancia dentro de la doctrina bíblica que Dios quiso que quedara como testimonio en la iglesia del Pacto de Dios, aun dentro del destrozo que ha hecho el Anticristo (el Papa romano) en la iglesia, pues el bautismo retiene su virtud y no la pierde ante la impiedad de los hombres debido a que fue ordenado y consagrado por la boca de Dios. De ahí que considero que el bautismo es mas importante de lo que comúnmente se considera, y tiene mas virtud de lo que comúnmente se piensa. La virtud no esta en el agua, sino en lo que ella representa y anuncia, pero como ya por aquí ustedes dijeron, no se puede divorciar la virtud de la señal. O sea, con esto Calvino quiso decir que aunque el Papa sea el capitán general del reino maldito del Anticristo, Dios ha impuesto su autoridad suprema aun dentro de este execrable reino, dejando el bautismo dentro de la iglesia romanista como testimonio del Pacto que Dios ha hecho con la iglesia, y para asidero de los fieles que ahí dentro todavía hay.

    El punto que quiero preguntarle hno. Ruiz, es sobre la «no-imputación» que ud. menciona en sus argumentos. Considera ud. que es un acto de perdón por parte de Dios no imputar la culpa del pecado de Adan sobre los hijos de los fieles, sin embargo, con todo respeto, yo no veo eso que este correctamente trazado según la Escritura, ya que se nos advierte que TODOS NACEMOS COMO HIJOS DE IRA, Y QUE SE NOS IMPUTA AL NACER ESA CULPA Y ESA CONDENACIÓN ORIGINAL DESDE ADAN.

    Mi punto de vista en cuanto a ello hno. Ruiz es que al contrario, EXISTE UNA DOBLE IMPUTACIÓN. La primera es la imputación del pecado original que heredamos de Adan; la segunda es la imputación de la justicia de Cristo. Considero que en esta DOBLE IMPUTACIÓN, la segunda sobrepasa, es superpuesta sobre la primera. Es asi como en Rom. 5:20 se nos dice de esta suerte:

    «…cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia;…»

    Luego entonces, considero que el perdón, la remisión del pecado que opera en los niños esta en la imputación de la justicia de Cristo, que se SOBREPONE A LA IMPUTACIÓN DEL PECADO DE ADAN. El segundo Adan puede mas que el primero. El Adan espiritual, puede mas que el Adan terrenal. En virtud de eso, los hijos alcanzan remisión de la culpa de su pecado, y son puestos bajo la promesa de Salvación por el mismo Dios. Al quedar remitida su culpa, viven bajo bendición (no bajo maldición) hasta su edad madura que hagan profesión de fe, o rechacen el Pacto, de acuerdo a como sea conforme a la Elección. ¿Que tal le parece hno. Ruiz?

    En otro aspecto, me pregunto, ¿puede haber justificación aparte de la aplicación de la sangre de Cristo que es la que sella y confirma el Pacto de Gracia?
    ¿Es irreversible la justificación?
    ¿Puede haber justificación sin haber salvación eterna?

    Pongo estas preguntas a vuestra consideración para estudiar este tema mas a fondo, y si no les parece mal desearía sentarme con ustedes en la mesa a estudiarlo, ¿me permiten?.

    Creo que todavía nos falta mucho por aprender del misterio de Cristo, al menos hasta donde se nos ha revelado. Por mi parte considero que hay gracias que se desprenden de la Gracia y que alcanzan en virtud del Pacto a todos los que entran a la iglesia visible y son tocados por el sacramento del bautismo, sin implicar que haya salvación eterna. Yo considero que todo lo que tiene que ver con la redención y otorgamiento de la vida eterna proviene de si esa persona HA SIDO ENTREGADA POR EL PADRE EN ELECCIÓN AL HIJO, PARA QUE EL ESPIRITU SANTO OPERE EN ELLA LAS GRACIAS ESPIRITUALES QUE LE LLEVARAN A LA JERUSALEN CELESTIAL, Y ES LA TRINIDAD OBRANDO JUNTA LA QUE OBRA ESTA SALVACION TAN GRANDE.

    Admiro su cautela en abordar estos temas, y que sea motivada por la responsabilidad que ello implica, pero mientras estemos trazando todo el consejo de Dios conforme a la Palabra de Dios, que es el báculo con el cual Cristo reina en la Iglesia, todo ira bien hno. Ruiz.

    Que Dios derrame abundantes bendiciones sobre su familia y ministerio, es mi oración y deseo.

    En el amor del Señor, su consiervo Felipe.

    Me gusta

    1. Estimado hermano Felipe:

      Muchas gracias por su amable correo. Para mí es un placer recibir comentarios tan buenos como el suyo o los del hermano Sanabria. Como le dije a él, el debate ayuda a clarificar las ideas de uno y puede servir también para corregirlas, si es necesario.

      Estas conversaciones con el pastor Sanabria y ahora con usted me han hecho meditar mucho acerca de este tema. Le tengo que decir, hermano, que tiene usted razón en cuanto a lo que dice acerca de mis explicaciones sobre la no imputación del pecado de Adán a los hijos de los creyentes en el pacto, que ellas necesitan precisarse más. Es cierto que Dios debe considerarnos primero en Adán para luego considerarnos en Cristo. Está la cita bíblica, que usted ha hecho alusión de Efesios 2:3.

      Lo podemos ver también desde el punto de vista de la doctrina de la elección: si Dios nos elige en Cristo de entre toda la Humanidad caída en Adán, es que primeramente nos tiene que ver como formando parte de la misma. Por ello, diría que sí hay remisión en cuanto a la culpa de pecado de Adán, pero entonces realmente la reciben sólo los elegidos.

      Una vez más, entiendo perfectamente y comparto la necesidad del bautismo, pero sigo sin poder ver que sea el bautismo el instrumento por el cual nos sea remitida esta culpa. Como dice el Directorio para el Culto Público de Westminster:

      «ellos son cristianos y federalmente santos antes del bautismo y, por consiguiente, son bautizados».

      Todos los bautizados reciben la aplicación de esta promesa, pero en última instancia, interiormente sólo reciben lo prometido los elegidos, es decir, los creyentes. Las promesas se realizan a la fe y es por la fe cómo se obtienen. La promesa, como el Pacto, es en esencia incondicional, porque Dios lo ha hecho con Cristo y sus elegidos, pero en su administración es condicional. Los bautizados que, desobedeciendo al Evangelio, no depositen su fe en las promesas de Dios no las alcanzan.

      Por otra parte, no puede haber remisión sin aplicación de la justicia de Cristo, y no creo que en la Biblia haya otra justicia de Cristo que aquella que nos es imputada por medio solo de la fe. No creo que se pueda hablar en la Biblia de una imputación de la justicia de Cristo que no sea para salvación. Esto pondría en cuestión la irrevocabilidad de los dones y de los llamamientos de Dios y la inmutabilidad de Su consejo (Rom. 11:29 y Heb. 6:17). Es por ello que creo que, en cuanto a la eficacia del bautismo, es necesario seguir permaneciendo en la perspectiva de la promesa de Dios: que Dios la va a cumplir en los elegidos a lo largo de toda su vida.

      Quedan, sin duda, todavía muchas cuestiones sin respuesta, pero creo que tenemos que mantener las que son seguras en la Palabra, y en nuestra tradición reformada también.

      Que tenga un Día del Señor de mucha bendición,
      Jorge Ruiz

      Me gusta

      1. Su testimonio es muy interesante hermano Jorge. Conocer la verdad y rechazarla por los condicionantes externos o por considerarla un doctrina de segunda, pero qué bueno ha sido Dios en encaminarle y hacerle retomar tan grande doctrina.

        Respecto a los bautistas los hay que tratan a sus hijos como impíos que necesitan un Salvador que no saben si tienen o no, porque la regeneración es una obra secreta. Entonces no hay que dar por sentado que sean regenerados ni que no lo sean salvo que hayan evidencias de una u otra cosa. Mientras tanto les damos los medios de gracia para que lo prometido se confirme en ellos. Pero observe que luego, los mismos bautistas, que se niegan a reconocer a sus hijos como hijos del pacto, si ven que uno de estos pequeños fallecen dicen que de ellos es el reino de los cielos, y ya no solo de los que están en la iglesia sino de todos los niños del mundo y caen en el paidouniversalismo ¡Toda una paradoja! ¿No le parece?

        De hecho muchos de ellos reconocen que sus hijos son del Señor y reemplazando el sacramento del bautismo practican algo que Dios nunca mandó bajo el evangelio como LA PRESENTACIÓN DE NIÑOS, que en verdad no viene a ser más que una especie de bautismo seco.

        Otros van más allá y caen en la herejía pelagiana pero al 100% afirmando que los niños no tienen pecado y que son inocentes, de lo cual los romanistas hacen burla, y no sin razón. O sea, que de todo hay en la viña del Señor…

        Respecto a lo que responde a Felipe entiendo que lo que hablamos solo es aplicable a la iglesia visible y como dijo Calvino: «Si el sacramento les sirvió de algo ya se verá a lo largo de sus vidas». Entonces podemos afirmar que «legalmente» están en el segundo Adán y que «legalmente» son justificados en Él. Que esto se aplique al ámbito espiritual, y entendiendo que la obra interna de Dios es secreta y hasta subconsciente, será cuestión de esperar que esa semilla germine.

        Qué tenga un buen feliz día dominical!

        Me gusta

  17. Avatar de Escogido por Gracia
    Escogido por Gracia

    Gracias pastor Ruiz por sus palabras. Su experiencias en algún punto se asemeja a la mía. Yo fui llamado dentro de la iglesia bautista general, y fue allí donde también la providencia me llevo de la mano a conocer primero el calvinismo y luego el resto de la fe reformada. Y haciendo una retrospectiva en mi vida, YO LLEGO AL CONOCIMIENTO DE LA IMPORTANCIA Y LA PROFUNDIDAD DEL BAUTISMO, INCLUYENDO A LOS HIJOS, PRECISAMENTE CUANDO TENGO A MIS HIJOS. Sin dudas, Dios es bueno y nos lleva de la mano a verdes pastos como prometio.

    Bueno hno, siguiendo el hilo de este estudio/debate en el que estamos (gracias por permitirme participar) quisiera decir algunas cosas….

    – no es que los bautistas (yo conozco bien a los bautistas generales) digan verbalmente que sus hijos son impíos, o que los traten como paganos de forma visible…..sino que ese trato esta implícito al negarse a bautizarlos en la congregación y que pasen a formar parte de la membresia de la iglesia. Es un asunto doctrinal mas que de trato, de hecho los tratan como de la iglesia, pero oficialmente les niegan la admisión en ella. Mas profundo se pone el asunto, cuando le niegan la bendición que Dios ha dispuesto para los hijos. Es Dios quien los pone bajo promesa, y son los bautistas quienes lo sacan de esa bendición alegando que «va contra la Escritura». Es tremendo el daño que ha hecho la doctrina anabaptista dentro del pueblo evangélico. Los bautistas generales siguieron la doctrina anabaptista en cuanto al bautismo. Siguieron el ala radical y extremista de la Reforma (el anabaptismo) y dejaron la sana doctrina moderada de los reformadores.

    Lo paradojico del asunto (como bien acota Juan) es que los bautistas se dan cuenta que algo hay que hacer con los niños en la congregacion, y entonces inventaron una presentacion que no es biblica para los gentiles, ya que eso fue un rito netamente judio, y SOLO PARA EL PRIMOGENITO DE LA FAMILIA. Es un «bautismo seco». O sea, lo comico de esto es que alegando que el bautismo de los hijos es antibiblico, y contra la Escritura, HACEN ENTONCES UNA PRESENTACION QUE NO APARECE EN LA ESCRITURA PARA LOS GENTILES, NI TAMPOCO DA COBERTURA A LOS DEMAS HIJOS DE LA FAMILIA MAS ALLA DEL PRIMOGENITO…..da risa!!!!

    – respecto al tema de la remisión de los pecados hno. Ruiz, hay mucha tela en el tema, y se que ud. va a profundizarlo. Considero que en virtud de la unidad de la Escritura, no podemos desconectar lo que se menciona en ella sobre el periodo de la iglesia nacional (Israel) y el posterior periodo de la iglesia universal (la iglesia visible en todos los paises del mundo). Es conocido por ud. que cuando Dios mando a untar los dinteles de las puertas de las casas de los hebreos en Egipto, TODA LA CASA ESTABA SALVA BAJO LA SANGRE DEL CORDERO DE LA PASCUA, TODOS LOS QUE ESTUVIERAN DENTRO DE ESA CASA FUERON SALVOS POR LA SANGRE.

    Cuando Israel salio de Egipto bajo el liderato de Moisés, este «bautizo» a TODO EL PUEBLO POR ASPERSION DE LA SANGRE, TODOS FUERON PUESTOS BAJO EL PACTO, TODOS FUERON SALVOS POR AQUELLA SANGRE QUE BAJO AQUELLA FIGURA REPRESENTABA A CRISTO (leerlo en Exodo 24). Todo el pueblo estuvo bajo la sangre, fueran elegidos o no.

    Considero hno. Ruiz que hay un factor salvifico en la iglesia visible, la cual es puesta bajo la sangre del Pacto a través de los sacramentos. Esa salvación no quiere decir que sea eterna, la cual sabemos ya que es solo para los elegidos del Padre. Por lo tanto, tenemos que darnos cuenta que la salvación entonces no tendría SOLAMENTE una connotación eterna, sino que Dios ha sido munifico en brindar salvación y cobertura temporal a todo el que esta dentro del pueblo del Pacto (la iglesia visible). En este aspecto entonces podemos considerar la idea de que REMISION DE LA CULPA DEL PECADO NO ES IGUAL A REDENCION ETERNA, SINO QUE LOS MIEMBROS DE LA IGLESIA VISIBLE, AQUELLOS QUE HAN SIDO CUBIERTOS POR LA SANGRE DEL PACTO EN EL BAUTISMO (tanto niños como adultos) TIENEN COBERTURA TEMPORAL DE LA CULPA DEL PECADO, LO CUAL IMPLICA UNA SALVACION TEMPORERA HASTA QUE LLEGUE EL JUICIO DONDE SOLAMENTE LOS QUE HAN SIDO ENTREGADOS AL HIJO EN ELECCION POR EL PADRE ALCANZAN LA REDENCION ETERNA.

    Sabemos que la justificación es solo a través de la fe, y que la salvación eterna es un paquete completo que solo es entregado a los elegidos por el Padre, pero yo estoy viendo que la salvación no solo es eterna, sino que bajo la sangre del Pacto se cobijan todos aquellos que están dentro del pueblo del Pacto. Que Dios haya puesto al pueblo del Pacto bajo la sangre del Pacto es una gracia que proviene de Su misericordia. Y la sangre no puede cubrir a unos si y a otros no, conforme hemos visto en lo que pasaba en el pueblo de Israel, que muchos fueron cubiertos por la sangre del Pacto pero no eran de la fe de Jesús.

    Calvino es difícil de entender por eso hay que leerlo mas de una vez, y leerlo con pinzas, aqui les cito un párrafo donde dijo algo bien curioso.

    «En tiempos pasados turbaron a la Iglesia con esta falsa doctrina los novacianos, ahora en nuestros tiempos han surgido algunos anabaptistas que renuevan este desatino. Se imaginan que el pueblo de Dios es regenerado por el bautismo a una vida perfecta y angélica, que no se contamina con ninguna suciedad de la carne. Y si sucede que alguno peque después del bautismo, no le dan otra esperanza de perdón al pecador que ha caído después de haber recibido la gracia. Y la causa es que NO CONOCEN OTRA REMISIÓN DE PECADOS SINO AQUELLA POR LA QUE SOMOS REGENERADOS AL PRINCIPIO.»

    Juan Calvino. Institución IV. I. 23 (mayúsculas mías para énfasis)

    Si leemos con cuidado el párrafo, Calvino da un atisbo de que hay «otra» remisión de pecados aparte de la que se recibe por regeneración.

    Hnos, resumiendo un poco mi comentario, lo que quiero decir es que me inclino a pensar que bajo la sangre de Cristo no solo hay salvación, remisión, expiación eternas, sino que TODO AQUEL QUE ES PUESTO BAJO LA SANGRE DEL PACTO, A TRAVÉS DE LOS SACRAMENTOS, RECIBE COBERTURA DE LA CULPA DE SU PECADO, LO CUAL ES UNA GRACIA QUE PROVIENE DE LA EXPIACIÓN Y REDENCIÓN QUE HA HECHO JESUCRISTO COMO CORDERO DE DIOS. ESTA GRACIA ES TEMPORAL PARA LOS QUE NO HAN SIDO ENTREGADOS EN ELECCIÓN POR EL PADRE AL HIJO, Y ETERNA PARA LOS QUE SI. LOS PRIMEROS ESTÁN SOLO BAJO EL PACTO DE FORMA LEGAL, Y LOS SEGUNDOS ESTÁN BAJO EL PACTO DE FORMA LEGAL Y ESPIRITUAL.

    ¿sera por eso hnos, que Dios arrebata a Sus elegidos, llamados y fieles en el día final, para así dejar al resto fuera de la cobertura que le dio la iglesia hasta ese día?

    ¿sera por eso que en los días previos al fin se avecina una gran apostasía de la iglesia visible donde muchos viendo el fuego de la prueba se alejaran de la iglesia visible y «negaran al Señor que los rescato» (2Pedro 2:1)?

    ¿no sera esa «apostasía» dispuesta por el mismo Dios para así sacar de la iglesia visible, el pueblo del Pacto, a todos aquellos que no son de Dios por elección?

    ….seguimos estudiando hnos, y que Dios nos de discernimiento para entender todo el consejo de Dios.

    Hno. Ruiz, como ha sido ud. muy amable en recibirme en su casa, le invito a la mia, le doy la direccion:

    iglesiando.com

    seria de gozo que nos visite.

    Un abrazo fraterno!!!

    Me gusta

  18. Avatar de Escogido por Gracia
    Escogido por Gracia

    Estimado pastor Ruiz, le pido permiso para recomendar su blog en el mio, y asi cooperar a que la fe reformada y la sana doctrina se extiendan por toda la iglesia universal. Espero su respuesta.

    Saludos.

    Felipe
    http://iglesiando.com/

    Me gusta

  19. Estimado heramno Felipe:

    Muchas gracias por su comentario. El tema tiene una gran importancia, pero también una gran complejidad, así que me parece que vamos ir avanzando paso a paso.

    Quisiera decir que yo tampoco creo que los bautistas «traten» así a sus hijos. Yo mismo lo he sido y conozco a muchos hermanos bautistas que profesan las doctrinas de la gracia, y no es esta la actitud. Lo que digo es que no creo que sea posible ser plenamente coherente con las convicciones bautistas, que es otra cosa.

    Hermano, voy a estar unos pocos días afuera por motivos personales (hasta el jueves, si Dios quiere) así que no me va a ser posible mantener actualizado el blog y responder a sus preguntas. Le ruego que me disculpe para que pueda continuar con la conversación.

    Muchas gracias también, hermano, por su propuesta de anunciar mi blog en el suyo. Por supuesto, no hay ningún problema. Es usted muy amable, hermano.

    Saludos fraternales,
    Jorge

    Me gusta

  20. Estimado hermano Felipe:

    Tras los días de asuencia, quisiera retomar la conversación en el punto en el que la dejamos. Creo que son asuntos muy importantes, no sólo para mostrar la necesidad del bautismo de los niños (bautistas), sino también para aquellos que lo practicamos como una ordenanza de Dios en el Pacto.

    Comprendo perfectamente el punto que con sus palabras quiere subrayar acerca del bautismo infantil, y es que este es una realidad también para los no elegidos que están en el pacto de gracia. Tengo que decir que esto fue una de las cosas que, tras comprenderla, más me impresionó de la doctrina del pacto de la gracia y que hizo que me decantara definitivamente por el bautismo de niños. Por extraño que parezca, Hebreos 10:29 fue determinante en este sentido: la sangre del pacto ha santificado a los que al final son apóstatas y se pierden, luego no son elegidos. La comunidad en el pacto, por tanto, no se reduce exclusivamente a los elegidos. Aquí tenemos nosotros una diferencia fundamental con los hermanos bautistas de creencias reformadas, para quienes los miembros en pacto con el Señor son exclusivamente los elegidos. Nosotros, por supuesto, estamos de acuerdo con esta afirmación, pero diferenciamos el pacto de gracia desde su aspecto esencial (concluido en la eternidad en Cristo, o «Pacto de redención») y el pacto de gracia en su manifestación o administración en la historia. Creo que aquí se encuentra verdaderamente la clave de la doctrina del pacto de gracia, y la doctrina correlacionada del bautismo de niños, el mantener el equilibrio entre los dos aspectos del pacto de gracia, sin insistir en uno en detrimento del otro, o insistir hasta el punto de hacerlo desaparecer: el aspecto histórico (como hacen los bautistas) o el aspecto eterno (como hacen los católicos-romanos).

    Retomando entonces su visión acerca del bautismo de niños, usted afirma que él remite la culpa del pecado original en todos los bautizados, luego la justicia de Cristo le es imputada a todos los bautizados y ellos entonces «tienen cobertura temporal de la culpa del pecado, lo cual implica una salvación temporera».

    Tengo que decir que, sintiéndolo mucho, no puedo estar de acuerdo con estas afirmaciones. No puedo encontrar estas visión en las confesiones de fe reformadas. Suponen un gran acercamiento a la visión romanista de la eficacia del sacramento y creo que virtualmente sería la visión luterana acerca del bautismo de infantes. No digo que ellas impliquen haber abrazado el luteranismo, pues sigue hablando de que la salvación final es sólo para los elegidos (lo cual es un punto de vista reformado). Pero sí que supone un gran acercamiento.

    Creo saber a qué responden estos puntos de vista y sé adónde conducen. Conozco personalmente a gente que adoptó puntos de vista similares acerca del bautismo (concretamente, la regeneración bautismal) y, literalmente, acabó rezándole a la «Virgen». Sé que usted no aboga por la regeneración bautismal. Pero como dije al hermano Sanabria, el bautismo no es menos sacramento de regeneración que lo es de remisión de los pecados. Además, si el niño bautizado es «temporalmente salvo», necesariamente se tiene que afirmar que él es «temporalmente regenerado».

    En todo caso, tenemos aquí una cuestión teológica que tratar, y hacerlo también es un ejercicio de responsabilidad teológica. No podemos rehuir el tema, porque nos parezca delicado o hasta peligroso. Se puede abordar el asunto desde muchos puntos de vista, pero comenzaré por el que me parece más importante, que es el de la EFICACIA DEL SACRAMENTO.

    Creo que todos los reformados estamos de acuerdo en rechazar el «ex opere operato» propio de la teología romanista. Pero si decimos que el bautismo remite la culpa del pecado original en todos los bautizados y que la no aplicación del bautismo significa la no remisión de la culpa del pecado original, entonces esto signfica que la eficacia del bautismo (remisión de los pecados) es intrínseca al acto mismo, y esto es «ex opere operato».

    La visión reformada del bautismo es eminentemente la de la PROMESA. Como «señales y sellos del pacto de gracia» (CW 27,1) se puede decir de ellos que son una «promesa visible». Si el sacramento llega a tener alguna eficacia, será siempre en virtud de las promesas de Dios.

    Esto es lo que hace excluir que los sacramentos tengan eficacia, aunque sea temporal, en las personas de los reprobados. Las promesas de Dios dadas a Abraham y su simiente son en realidad el pacto de Dios para con Cristo (Gal. 3:17) como cabeza de los elegidos, y en Él, con los elegidos.

    Dicho de una manera clara: Esaú también había sido circuncidado, pero él no era heredero según la promesa (Rom. 9:8). Dios lo había aborrecido, y ello con anterioridad a lo que él hiciera en el pacto (Rom. 9:13). Si no era heredero según la promesa, la circuncisión no tuvo efecto alguno en él para salvación. Dios no puede aborrecerlo y salvarlo temporalmente, puesto que los dones y el llamamiento de Dios son sin arrepentimiento (Rom. 11:29).

    Contemplar el sacramento como una promesa, limita su eficacia a los elegidos. Con Agustín, Lutero, Calvino, la Confesión de Augsburgo, la Confesión Belga y la Confesión de La Rochelle, podemos decir que el bautismo remite la culpa del pecado original, pero sólo, como dice en la Confesión Belga, en los «hijos de Dios», es decir, en los elegidos solamente. Y no lo hace la virtud del bautismo en sí mismo, sino la promesa de Dios, que tendrá cumplimiento en sus vidas a su debido tiempo, según el propósito de Dios.

    Sé que decir esto puede ofrecer un punto débil para la posición del bautismo de niños, que es que si esto es así, entonces podemos prescindir de del bautismo a los niños para dárselo sólo a los creyentes (NECESIDAD DEL BAUTISMO). Pero en ningún caso se tiene que llegar a esto.

    Primero, porque es la ordenanza de Dios en la Palabra, que no se tiene que discutir, sino obedecer.

    Segundo, por la relación espiritual en el sacramento entre la señal y la cosa significada (CW 27,2). Dios ha unido ambas cosas de manera que la gracia del perdón, purificación, etc. esté tan unido al bautismo que se le atribuye estos efectos. De esta manera, si al niño no se le bautiza, se le deja sin promesa de Dios.

    Tercero, porque si bien la gracia significada en el bautismo es sólo para los elegidos, y tendrá eficacia sólo en ellos, debido a nuestra imposibilidad de sondar los propósitos de Dios, y de saber a priori o a ciencia cierta quien es realmente elegido, Dios ha querido que la promesa sea administrada exteriormente a todos los hijos de los creyentes.

    El resultado de ello es maravilloso: el bautismo es la administración de las promesas inconcidionales de gracia por parte de Dios. No sólo es un anuncio de gracia, sino un ofrecimiento serio y sincero de gracia por parte de Dios. Lutero concebía el bautismo como una forma visible del evangelio, y creo que los reformados en este punto podemos estar de acuerdo con la teología luterana.

    En fin, creo que mi respuesta se ha alargado bastante. Tal vez me dejo algunos puntos sin tratar, pero casi es mejor dejarlos para otra ocasión.

    Un fraternal saludo,
    Jorge

    Me gusta

  21. Saludos estimado hermano Jorge!

    Ud. dice:

    Por extraño que parezca, Hebreos 10:29 fue determinante en este sentido: la sangre del pacto ha santificado a los que al final son apóstatas y se pierden, luego no son elegidos. La comunidad en el pacto, por tanto, no se reduce exclusivamente a los elegidos.

    Estoy de acuerdo en que los miembros de la iglesia visible no-regenerados participan de gracias comunes y ciertos beneficios por estar en el seno de la iglesia. También entiendo que si afirmamos una salvación temporera tendríamos que recurrir al sacramento de la penitencia para mantener es estado de gracia y no perder la justificación recibida y por ahí un error nos llevaría a otro. Pero el hecho de que réprobos estén dentro del pacto externo y legal ¿No hace que la ira de Dios pase de largo sobre ellos en virtud de la sangre y que se otorgue misericordia por estar «legalmente» (no espiritualmente) en el segundo Adán, y todo aunque no haya salvación o regeneración implícitas?

    Lo digo tomando como ejemplo a los israelitas no-regenerados que participaron de la Pascua de Jehovah y donde la ira de Dios pasó de largo al contemplar la sangre del cordero, aún sin haber regeneración interna en la mayor parte de ellos.

    Sería como el texto que menciona de Hebreos donde entiendo que la sangre se contempla por parte de Dios de una manera externa-legal-pactal.

    ¿No han participado estos no regenerados del pacto de alguna forma de lavamiento y santificación externa (separación) que no implique regeneración ni la salvación?

    ¿No dice 2ª Pedro 2 acerca de los falsos maestros que “el Señor los rescató”? ¿Y tomando los proverbios no dice que al igual que los cerdos “fueron lavados” o que como perros indigestos de comer basura “expulsaron en vómito” de sus entrañas que luego volvieron a lamer? ¿Cómo entiende Ud. este “lavamiento”? Porque en Heb. 10 hace mención de la sangre del pacto. ¿Puede haber lavamiento para remisión por parte del Hijo sin que haya lavamiento de regeneración por parte del Espíritu Santo quedando esta limitada solo a los escogidos?

    Es obvio que estos falsos maestros no fueron personas que perdieron la salvación recibida porque esto es imposible, e incluso se dice que seducían a “los que verdaderamente habían huido del error”, dando a entender que ellos nunca fueron sinceros ni verdaderamente libres. Es decir, nunca fueron salvos.

    Por otro lado, al hablar de la sangre derramada por personas no-regeneradas según Heb 10 ¿Dónde queda la “expiación limitada”? ¿Tendríamos que hablar de “Expiación Limitada a la iglesia visible”? ¿Debiéramos decir que la sangre del Cordero es derramada por todos y aplicada solo a los elegidos? ¿No nos acercaría esto a la postura de Amyraut?
    Este intercambio está interesantísimo hermano Jorge. Me viene a la mente un texto bien conocido pero que deseo compartir con Ud. y todos los que amamos la Palabra del Señor.

    Oseas 6:3 RV1960
    3. Y conoceremos, y proseguiremos en conocer a Jehová; como el alba está dispuesta su salida, y vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia tardía y temprana a la tierra.

    Un abrazo fraternal en el amor de nuestro Señor Jesucristo!

    Me gusta

  22. Avatar de Escogido por Gracia
    Escogido por Gracia

    Estimado pastor Ruiz, paz en el Señor. Agradezco retome el tema despues de su viaje. He leido su ultimo comentario y respetando sus puntos, pero como esto es como un estudio virtual entre nosotros, me permite decirle algunas cosillas para asi enfocarnos bien. Pastor Juan Sanabria, tambien para ti va mi comentario:

    – yo no creo en la regeneración bautismal, pero considero que puede haber regeneracion sin bautismo, y bautismo sin regeneracion. Pero asi mismo les digo, que puede haber EXPIACION SIN REGENERACION, PERO NO PUEDE HABER REGENERACION SIN EXPIACION, LA EXPIACION DE LOS PECADOS PUEDE DARSE FUERA DE LA REGENERACION, PERO LA REGENERACION NO PUEDE DARSE FUERA DE LA EXPIACION DE LOS PECADOS.

    – yo estoy viendo en la doctrina del Pacto que hay un elemento legal y un elemento legal + espiritual. Los reprobados que estan dentro del pueblo del Pacto (la iglesia) solo alcanzan el aspecto legal del Pacto, los escogidos alcanzan los dos, el legal y el espiritual. La sangre del Pacto Eterno cubre a todos los que estan dentro del pueblo del Pacto, asi como fue en Israel, asi pasa tambien en la iglesia hoy dia. ¿Estan de acuerdo conmigo en esto? Si se contempla esa remision de pecados, y esa «salvacion» solo para los que estaban dentro del Israel nacional, pero que no eran de los escogidos…..ESTARIAMOS DICIENDO QUE LA IGLESIA, EN SU ETAPA INFANTIL, FUE MAS MADURA, Y TUVO MAS BENEFICIOS QUE EN SU ETAPA ADULTA. QUE ISRAEL TUVO MAS BENEFICIOS QUE NOSOTROS, pero la Escritura dice:

    «Y todos éstos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo prometido; proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, para que no fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros.» Heb. 11: 39-40

    – ¿se pudiera considerar que la EXPIACION de Cristo fue LIMITADA A TODA LA IGLESIA VISIBLE, pero que LA REGENERACION FUE LIMITADA SOLO A LOS ESCOGIDOS?

    – ¿no podemos considerar que así como en Israel la sangre de los becerros (apuntaban a Cristo) era esparcida sobre TODO EL PUEBLO, así también ahora la sangre real de Cristo (no ya la sombra, sino la realidad) CUBRE A TODO EL PUEBLO DE DIOS QUE ES LA IGLESIA VISIBLE?…..que conste, yo no hablo de salvación eterna y regeneracion, considero que hay otras gracias implícitas en el sacrificio de Cristo.

    – yo considero el sacramento como UNA PROMESA DE GRACIA, pero tambien como UN MEDIO DE GRACIA, presente, real y activo. Aunque nadie aqui le esta dando poder al agua, creo que somos lo suficiente capaces de comprender que Dios quiso UNIR LA SEÑAL CON LO SEÑALADO, no es asi?

    – considero que Esau fue aborrecido por Dios por causa de la eleccion, PERO RECIBIO BENDICION POR SER HIJO DE ISAAC Y ESTAR DENTRO DEL PUEBLO DEL PACTO. En ese sentido Esau fue aborrecido y «salvado» al mismo tiempo.

    – aunque se que quizás les suene un poco temerario, me atrevo a decir que: LOS REPROBADOS PARA SER CUBIERTOS POR LA SANGRE DEL PACTO TIENEN QUE RECIBIR EL BAUTISMO, BIBLICAMENTE ADMINISTRADO. LOS ELEGIDOS, NO RECIBEN SU SALVACION ETERNA POR EL BAUTISMO EN AGUA, PERO SI DEBEMOS ESTAR SOMETIDOS A EL POR CAUSA DE LA FE Y DE LAS PROMESAS HECHAS A NUESTROS HIJOS. En otras palabras, considero que el reprobado que no se bautiza no esta cubierto por la sangre del Pacto (de forma temporal, no eterna); el elegido esta cubierto por la sangre del Pacto, se bautice o no se bautice, pero por causa del testimonio de la fe (obediencia a la Palabra), esta sometido también al signo, tanto el como sus hijos.

    – considero que para los reprobados que están dentro de la iglesia visible, EL AGUA ES LA SANGRE, PERO EL AGUA NO ES SANGRE.

    – considero que para los elegidos que están dentro de la iglesia visible, EL AGUA REPRESENTA LA SANGRE. (espero capten la idea de mi traba-lenguas)

    ¿Que piensan los pastores Juan Sanabria y Jorge Ruiz de todo lo que pregunto?

    …..bueno, creo que ya dije bastante por ahora, no quiero extenderme mucho, sigamos meditando y estudiando juntos, vale??

    Saludos y bendiciones en el amor de Cristo.

    Felipe.

    Me gusta

  23. Gracias, hermanos Juan y Felipe por los comentarios. Como dije en mi anterior participación, todavía me quedaban cosas por comentar. Antes de continuar intercambiando opiniones con vuestras aportaciones me gustaría poder acabar mi razonamiento. Tal vez con ello se puedan resolver algunas cuestiones que habéis planteado. Si no es así, podemos tratar las afirmaciones de unos y otros después del mismo.

    La idea que quería transmitir es que la doctrina reformada clásica de la alianza o del pacto enseña este pacto sobretodo desde el punto de vista del pacto eterno de redención entre el Padre y el Hijo y se centra en los elegidos. Ellos son los destinatarios reales de la promesa («los hijos de la promesa» son los contados por descendientes según el propósito de Dios conforme a la elección, Rom. 9:8-11). Sólo en ellos los sacramentos tienen una real eficacia, no porque ellos tengan una eficacia «en sí mismos» (ex opere operato), sino que esta eficacia tiene lugar «en su debido tiempo» conforme al consejo de Dios. Se puede decir que la eficacia de los sacramentos está ligada a su recepción con fe (es decir, creer de manera confiante en lo prometido en el sacramento). Dado que esta es un don del Espíritu Santo, entonces es necesaria la regeneración para que esta eficacia del sacramento tenga lugar. Por eso no creo que el sacramento del bautismo pueda tener una eficacia en la vida de los réprobos que lo reciben aparte de la regeneración.

    ¿Significa esto que el bautismo es un rito vano para aquellos que lo reciben y al final no serán salvos, o que por medio del bautismo estos no vayan a recibir ninguna gracia? Tampoco esto es cierto. Como dice CW 28,1:

    «Los sacramentos son señales y sellos santos del pacto de gracia, instituidos directamente por Dios…para establecer una distinción visible entre aquellos que pertenecen a la iglesia y el resto del mundo»

    lo cual comporta, como dice CX 27,1, que ellos establecen «una distinción visible entre aquellos que pertenecen a la iglesia [visible] y el resto del mundo».

    Esto no es una posibilidad, sino que es una realidad en todos los bautizados. Por esta admision a la iglesia visible, ellos van a tener un gran número de bendiciones temporales y espirituales. Estas últimas, sin embargo, no son «salvíficas», sino «comunes». Es a esto a lo que se refiere Hebreos 6:4:

    » los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero»

    Es decir, que en contra de lo que dicen los «hipercalvinistas», hay una gracia común en el Pacto. En ninguna manera esto hecha por tierra la doctrina de la elección y la teología reformada lo ha afirmado desde los tiempos de la Reforma

    Pero, ¿qué pasa entonces con declaraciones como las de Heb. 10:29:

    » y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado»

    o la de 2 Pedro 1:9:

    «Pero el que no tiene estas cosas tiene la vista muy corta; es ciego, habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados»

    o la de 2 Pedro 2:1

    » y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina»?

    Estos pasajes son una dificultad irresoluble para los bautistas de creencias reformadas. En su esquema mental, no hay lugar para la realidad de la apostasía. Es por esto por lo que buena parte de su predicación es el distinguir «el verdadero cristiano» del que no lo es (es el mensaje básico de Dr. Martin Lloyd Jones) y, en los casos extremos, a estar poniendo en cuestión la salvación de todos los oyentes, más que el estar presentando a todos libremente la gracia de Jesucristo.

    Pero para nosotros no tienen que representar ningún problema:

    a) la «santificación de Heb. 10:29 es la «exterior», obrada por el bautismo, al consagrar al bautizado solemnemente al Señor. Como hemos dicho, esta santificación exterior por el bautismo también comportará otras gracias incluso espirituales, pero no de naturaleza salvífica, sino comunes a los elegidos y reprobados.

    b) en cuanto a las declaraciones de 2 Pedro 1:9 y 2:1, creo que hemos de ver aquí que se está hablando de la señal (bautismo) atribuyéndole «los nombres y efectos de la cosa significada» (CW 27,2). Esto es lo que ocurre en la Escritura, de manera análoga, en la comunicación de propiedades entre las dos naturalezas de Cristo y Su persona (cf. «porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria», 1 Cor. 2:8).

    Vemos aquí, de paso, la importancia de no dejar de bautizar a los hijos de los creyentes. Si la Escritura le atribuye tal valor al bautismo en los reprobados, de manera que su condenación se obra imputándoles el rechazo de lo significado en el sacramento, ¡cuánto más valor ha de tener el bautismo para aquellos que han de ser salvos por la fe en lo que él significa! Es por ello que dejar de bautizar a un hijo de un creyente no es un asunto baladí, porque realmente se le está dejando sin la promesa. Lo que digo se comprueba fácilmente: desde la perspectiva bautista, se le dice al hijo «Dios será tu Dios si crees» (la condición está puesta de entrada), pero no se le dice «Dios te ha dado la promesa en el bautismo de que será tu Dios, por tanto, cree» (vemos que aquí la condición de fe no está puesta de entrada, sino que lo es la promesa de Dios por el bautismo).

    Creo que con esto se han tratado buena parte de las cuestiones. Queda ahora la cuestión espinosa del pecado original, si se le es imputado o no a los reprobados a pesar del bautismo. Creo que se puede resumir así el problema, puesto que en el caso de los elegidos no lo hay: la promesa de la remisión de sus pecados presentada en el bautismo le pertenece y será un hecho en su tiempo, según el consejo de Dios.

    Pero ¿qué pasa entonces con los réprobos? Por el bautismo el Señor les presenta (a sus padres, a la congregación y finalmente a ellos) la promesa solemne de la remisión de pecados, pero la eficacia de la misma está ligada a la condición de la fe. No sólo se les presenta, sino que también se les aplica, sin que, evidentemente, medie en ellos fe en aquel momento. Aunque Dios en Su Decreto haya decidido su condenación, ello no quita la sinceridad y solemnidad de la promesa por parte de Dios presentada en el bautismo. Es aquí donde establezco más que una analogía, casi una identificación entre el bautismo y el «libre ofrecimiento del Evangelio» (lo que decía en mi anterior comentario, que estoy de acuerdo con Lutero con su visión del bautismo como una «forma visible del Evangelio»).

    ¿Cómo es compatible la imputación del pecado original con la administración solemne de esta promesa por el bautismo? A nuestros ojos, ciertamente, esto resulta muy difícil de entender. Es por esto por lo que yo me inclino a pensar que, en ellos, hay una «no-imputación» por parte de Dios, un «pasar por alto» este pecado (sin remisión, o aplicación real y eficaz de la sangre de Cristo, de manera análoga a lo que encontramos en Romanos 3:25). Posteriormente, por los pecados «actuales», esta imputación se hará plenamente efectiva. Creo que la mejor manera de contemplarlo es verlo como un «aplazamiento»: a su tiempo, Dios les imputará sus pecados actuales, juntamente con la raíz de los mismos, el pecado original.

    Pero, hermanos, aquí mismo yo hablo más bien de manera «hipotética», proponiendo esta idea pero sin afirmarla de manera taxativa, debido al silencio de la Escritura al respecto. Creo que es bueno, por lo tanto, quedarnos en lo seguro, que es que el bautismo es la presentación y ofrecimiento sincero y solemne de Dios a todos los bautizados. Como nosotros no tenemos manera de saber a priori quiénes son los elegidos o no, hemos de desechar el investigar si el bautismo ha tenido una eficacia especial en este o en aquel, para dejar estas cosas ocultas para el Señor. En base a este bautismo hemos de instar siempre a nuestros hijos a depositar su fe en la gracia prometida en el bautismo, y a que procuren «hacer firme su vocación y elección», añadiendo a esta fe todo tipo de virtud cristiana y buenas obras.

    En el amor de nuestro Salvador y Señor Jesucristo,
    Jorge Ruiz

    Me gusta

  24. Muy bueno hermano Jorge pero permítame hacerle una pregunta y saber su opinión.

    ¿Existe la posibilidad de que más que «una no-imputación» o un «pasar por alto» hubiera en los réprobos del pueblo del pacto un «aplacamiento de la ira», sin remoción de la culpa, en base a la sangre derramada aunque esta no les sea aplicada como sucede con los elegidos?

    Si miramos la unidad del Pacto, aún en sus diferentes formas de administrarse, podemos ver a hebreos no regenerados que en virtud de la sangre del cordero pascual son librados de la ira de Dios «en ese momento», no eternamente, pues ya sabemos que la mayor parte pereció en el desierto y no entraron en el reposo del Señor.

    Por otro lado, cuando era celebrado el día del YOM KIPUR, los pecados eran perdonados también «temporalmente» y la ira de Dios quedaba aplacada, quedando solo aplicada interiormente en los escogidos regenerados.

    De igual manera podemos contemplar al patriarca Job ofreciendo sacrificios por sus hijos, no para regeneración, sino para aplacar la ira de Dios en caso de cometer pecados.

    Podemos mirar como ejemplo de perdón a la familia de Noé, que, aún sin ser regenerados, la ira de Dios no cayó sobre ellos porque creyeron y «estaban en el arca», siendo partícipes «temporalmente» y comúnmente de la misma gracia que el patriarca en el que fueron salvados de la ira de Dios en ese momento (no eternamente).

    En resumen ¿No existe la posibilidad que dentro de la gracia común pactal y en virtud del Cabeza Federativa de la iglesia visible algunos réprobos reciban cobertura legal en base a la sangre del Pacto aunque esta nunca llegue a aplicárseles eficaz ni interiormente sino para «detener o aplazar la ira del Padre»? ¿No es esto posible sin caer en el amyraldismo ni en el hipercalvinismo de los bautistas reformados en base a los pasajes que le menciono?

    Para ello miro a la CW.10,4., donde habla de réprobos que están dentro de la religión cristiana y participan de operaciones comunes del Espíritu y luego de los que están fuera de la religión cristiana, veamos:

    4. Las personas no elegidas, aunque sean llamadas por el ministerio de la Palabra[15] y tengan algunas de las operaciones comunes del Espíritu[16], nunca acuden verdaderamente a Cristo, y por lo tanto no pueden ser salvas[17]; y mucho menos pueden ser salvos de otra manera aquellos que no profesan la religión cristiana, aun cuando sean diligentes en ajustar sus vidas a la luz de la naturaleza y a la ley de la religión que profesan[18]; y el afirmar y sostener que lo pueden lograr así, es muy pernicioso y detestable[19].

    [15] Mateo 22:14; [16] Mateo 7:22; Mateo 13:20, 21; Hebreos 6:4, 5; [17] Juan 6:64-66; Juan 8:24; [18] Hechos 4:12; Juan 14:6; Efesios 2:12; Juan 4:22; Juan 17:3; [19] 2 Juan 9-11; 1 Corintios 16:22; Gálatas 1:6-8.

    Concluyendo… Si como bien dice el Catecismo de Heidelberg, el agua bautismal representa la sangre de Cristo aplicada “exteriormente” por el ministro, y en los escogidos es aplicada también interiormente por el Espíritu para su regeneración señalada y sellada hasta su cumplimiento… ¿No puede quedar a la vista de Dios como una marca externa en los réprobos del pueblo del Pacto para que bajo la Cabeza Federativa del mismo “la ira de Dios quede aplacada como en la antigüedad” durante un tiempo hasta que pongan en evidencia su apostasía? ¿No es esta la “gracia media” de la que habló Calvino al referirse al sacramento del bautismo en las personas del pueblo del Pacto?

    Tremendo tema eh profe!

    Dios le bendiga ricamente y le siga colmando de sabiduría!

    Me gusta

  25. Avatar de Escogido por Gracia
    Escogido por Gracia

    Saludos queridos hnos. Perdonen la tardanza, pero he estado (y lo sigo estando) bien ocupado y el tiempo me llega a suspiros. Les agradezco me permitan entrar en su cátedra a estudiar con uds. este tema.

    Pastor Ruiz, me gusto mucho lo que dijo del bautismo de los niños, es una realidad, mientras unos dicen: «Dios será tu Dios si crees”, otros decimos: «Dios quiso ponerte bajo Su promesa, por tanto, cree»

    Estoy de acuerdo con sus argumentos en cuanto a los textos que usa sobre la santificación, o consagración externa que reciben los reprobados en el bautismo……lo comparto completamente. La única parte que no termina de cuadrarme es su idea de la «no-imputación».

    Hno, pienso que no puede haber «no-imputación» por la sencilla razón de que hay imputación. Todos los hombres, cuando nacemos (dice la Escritura, que desde el vientre) se nos imputa, heredamos el pecado de Adan. Dios sí tiene en cuenta el pecado de Adan en todos, pero en los escogidos es cubierto y quitado por la imputación de la justicia del segundo Adan, Cristo. La Gracia de Dios es mas fuerte que el Pecado, lo dice la Escritura:

    «…cuando el pecado ABUNDO, SOBREABUNDO la Gracia» Romanos 5:20

    Considero que lo que sucede en este caso, no es que haya «no-imputación», sino que al recibir el bautismo, el cual les introduce en la membresia del gremio de la Iglesia su transgresión es cubierta, temporalmente, y yo usaría un termino creo que mas adecuado: SU TRANSGRESIÓN ES APLAZADA….. pero no hay ninguna obra interna ni eficaz de la Gracia salvadora, la cual esta reservada solo para los escogidos. La única forma de ser miembro del gremio de la iglesia visible es bautizándose, es por eso que decía en mi ultimo comentario que «para los reprobados, el agua es la sangre». Si no hay agua, no hay membresia, y si no hay membresia no alcanzan esa bendición temporal. En el caso de los escogidos, no estamos amarrados ni a la ceremonia, ni a la membresia de la iglesia para la bendición eterna…..o sea, entiéndase, no estoy abonando la negligencia en cuanto a los deberes eclesiásticos de los hermanos, SINO SOLAMENTE DEJANDO VER QUE LA SALVACIÓN ETERNA, NO DEPENDE DE LA MEMBRESIA EN LA IGLESIA, NI DE LA CEREMONIA DEL BAUTISMO.

    Creo que el termino ‘APLAZA’ vendría mejor, y en linea con lo expresado en Romanos 9 acerca de que Dios SOPORTA a los vasos preparados para destrucción.

    Al estar ellos solamente en la ley, y no en la Gracia, están amarrados a la ceremonia solamente, no a su realidad espiritual, pero aun así creo que todos coincidimos en entender que reciben ciertos beneficios, y hasta algunos espirituales, pero nunca recibirán la regeneración, y la Gracia salvadora que recibimos los escogidos de Dios. Su santificación y consagración es externa solamente, pero aun así se desprenden como gracias comunes.

    Pastor Sanabria, lei su comentario y lo entiendo perfectamente. De hecho fíjese en mi anterior comentario como escribo siempre «SALVADO» con comillas, como ud. mismo usa en los términos de su argumento. La salvación eterna es solo para los escogidos, lo que quise decir es que esas personas al recibir estos beneficios en la iglesia visible, de cierta manera son «salvados», pero siempre temporalmente. Pero le digo que prefiero retirar ese termino de mis argumentos en este tema, porque quizás confunda a otros hermanos.

    Hermanos, considero que Dios tiene suficiente poder para preservar a sus hijos de la hora difícil que se avecina sobre el mundo. El mismo Dios que preservo dentro del fuego del horno de Nabuconodosor a Sadrac, Mesac y Abed-nego es poderoso para preservar a Su Iglesia dentro del fuego que vendrá, pero veo una intención en arrebatar a Su Iglesia en el día final, y es precisamente para sacar a los que son suyos, y quitar esa cobija temporal que tienen todos los que no son de Cristo, pero que han entrado de alguna manera a formar parte de la membresia de la iglesia visible, la cual les da ese beneficio temporal.

    Aunque la razón mas poderosa para llevarse a los suyos es la promesa biblica de 1Tes. 5:9, la cual nos avisa que nosotros no estamos puestos PARA IRA, sino para alcanzar SALVACION. La ira de Dios se derramara sobre el mundo, pero El nos saca a todos aquellos en los que EL MISMO HA DERRAMADO SU ESPIRITU.

    El tema es interesante y profundo a la vez, pero no deja de estar atado a la sencillez del evangelio: que en Cristo hay bendición, a unos les quita sus transgresiones, a otros se las aplaza.

    Saludos y bendiciones en el Amado.

    Felipe.

    Me gusta

  26. Estimados hermanos Juan y Felipe,

    Creo que estamos avanzando mucho en esta cuestión y me doy cuenta que, al final, básicamente estamos afirmando lo mismo. Estoy de acuerdo que es mejor dejar de emplear la idea de «salvación temporal», puesto que se podría llegar a malinterpretar. En la parte que me toca, en cuanto al bautismo y la imputación del pecado, también yo prefiero dejar de hablar de «no imputación» porque esto también se puede mal interpretar. De hecho, yo también he dicho en el último comentario que el pecado original finalmente es imputado en los réprobos (del mismo modo que ha tenido también que ser considerado en los elegidos para llegar a ser remitido). Por ello he hablado de «aplazamiento», y este es el término que también Felipe emplea. Juan usa el de «aplacamiento». Es casi lo mismo, porque sólo cambia una letra, pero hay cambio significativo en cuanto a significado.

    ¿Es posible, pues, hablar de un «aplacamiento temporal» de la ira de Dios por el pecado? Creo que sería posible hablar de ello, pero más bien en la perspectiva del hombre, no la del Decreto. La perspectiva del hombre es necesariamente temporal. Si Dios, en vez en manifestar Su ira por el pecado, por la administración de Su promesa de gracia en el bautismo introduce al bautizado en la iglesia visible (la comunidad de la salvación), nosotros lo podemos contemplar como que Dios ha aplacado temporalmente la ira por el pecado. Se puede ver así por el significado mismo del bautismo: se le aplica externamente la señal y el sello del sacrificio de Jesucristo y Su sangre para perdón de los pecados. Pero, una vez más, en la perspectiva del Decreto, ella no se ha aplacado, sino que se manifestará en su tiempo (por cierto, de igual manera que en la salvación de los elegidos, «en su tiempo», CW 28,6). Por ello, preferiría seguir hablando de «aplazamiento», que creo que es el término que mejor expresa todo esto desde la perspectiva de Dios.

    Saludos cordiales en Jesucristo,
    Jorge Ruiz

    Me gusta

  27. Avatar de Escogido por Gracia
    Escogido por Gracia

    Hermanos Ruiz y Sanabria, pongo a vuestra consideración estos fragmentos de la Institución de Juan Calvino, esperando que nos ayude a entender este tema. Incluyo ademas una nota marginal de los editores, que da mucha luz sobre lo que estamos debatiendo. El reformador también inserta fragmentos de San Agustín, los cuales son muy aclaradores de lo que venimos estudiando.

    Después de analizar el pensamiento del reformador en cuanto al tema, me inclino a pensar que el termino «APLAZA» es adecuado para referirse al perdón de las transgresiones de los reprobados dentro de la iglesia visible, de lo cual el bautismo en agua es solamente una ceremonia externa. En mi escasa percepción entiendo que aquellos que no son contados dentro de los escogidos de Dios, pero que se cobijan bajo las bendiciones de la iglesia visible por ser expuestos a la Gracia que se ofrece en la predicación de la Palabra y en la administración de los sacramentos, como que su castigo es aplazado en el sentido que escapan temporalmente de los destellos de la ira de Dios que sobre los reprobados hay. Como dice San Agustín: «¿Por qué, entonces, dice que los pecados están ocultos? Para que no fuesen vistos. ¿Qué quiere decir que Dios no ve los pecados, sino que no los castiga?”

    Se nota la cautela y lo cuidadoso de Calvino al tratar este tema, diciendo incluso a sus lectores que no tomen en cuenta su interpretación, sino que se sujeten a la Palabra de Dios. Pero es imposible no tomar en cuenta la interpretación de Calvino. Ya me dirán vuestras opiniones cuando lean.

    Pongo en mayúsculas lo que quiero resaltar del texto.

    Salud y bendición.
    Vuestro consiervo,
    Felipe.

    _______________________________

    «DIOS PERSONA A LOS HIPÓCRITAS POR ALGÚN TIEMPO, PERO DE TAL MANERA QUE SU CÓLERA NO SE APARTE DE ELLOS, y esto no tanto por causa de ellos, cuanto para dar ejemplo a todos en general. Porque, ¿de qué le sirvió a Acab que EL CASTIGO LE FUERA DEMORADO, si no es que no lo sintió mientras vivió? Y así la maldición de Dios, bien que oculta, no dejó de hacerse sentir perpetuamente en la familia de Acab, y pereció para siempre.
    Lo mismo se ve en Esaú; porque aunque fue desechado, con sus lágrimas alcanzó la bendición de esta vida presente (Gn. 27,28-29). Mas como la herencia espiritual estaba reservada por el oráculo y decreto de Dios para uno solo de los dos hermanos, al ser rechazado Esaú y elegido Jacob, tal repulsa cerró la puerta a la misericordia divina. Sin embargo, como a hombre brutal que era, le quedó el consuelo de recrearse con la fertilidad de la tierra y el rocío del cielo (1). Y esto, según acabo de decir, se hace para ejemplo de los demás, a fin de que aprendamos a aplicar nuestro entendimiento más alegremente y con mayor diligencia al verdadero arrepentimiento. Porque no hay duda que Dios perdonará fácilmente a los que de veras y con todo el corazón se convierten a Él, PUES SU CLEMENCIA SE EXTIENDE AUN A LOS INDIGNOS, CON TAL QUE MANIFIESTEN UNA MUESTRA DE DISGUSTO POR HABERLE OFENDIDO.»

    (1) Nota del traductor: «En este pasaje, como en su Comentario al Génesis (27: 38-39), Calvino sigue la versión de los LXX, y la Vulgata. Las versiones modernas traducen por el contrario que Isaac privo a Esau de la fertilidad de la tierra y del rocío del cielo. Sin embargo, Hebreos 11:20 afirma que Esau recibió también una bendición.»

    ____________________

    «Nada tiene de extraño que confesasen sus pecados los que querían ser bautizados. Ya antes se habla dicho que san Juan predicó el bautismo de arrepentimiento, y que bautizó con agua para arrepentimiento. ¿A quiénes iba a bautizar sino a los que hubiesen confesado sus pecados? El bautismo es una marca y un signo de la remisión de los pecados; ¿a quiénes se iba a admitir a él sino a los pecadores que se hubiesen reconocido como tales? Confesaban, pues, sus pecados para ser bautizados.»

    ___________________

    «Evidentemente, si Dios castiga los pecados, los imputa; si los venga, se acuerda de ellos; si los emplaza para comparecer delante de su tribunal, no los encubre; si los examina, no se los echa a la espalda; si los mira, no los ha deshecho como a una nube; si los pone delante suyo, no los ha arrojado a lo profundo del mar.
    Todo esto lo expone san Agustín con palabras clarísimas: “Si Dios”, dice, “cubrió los pecados, no los quiso mirar; si no los quiso mirar, no los quiso considerar; si no los quiso considerar, no los quiso castigar, no los quiso conocer, sino que los quiso perdonar. ¿Por qué, entonces, dice que los pecados están ocultos? Para que no fuesen vistos. ¿Qué quiere decir que Dios no ve los pecados, sino que no los castiga?”
    Oigamos cómo habla otro profeta y con qué condiciones perdona Dios los pecados: “Si vuestros pecados fuesen como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fuesen rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana” (Is. 1,18). Y en Jeremías también se dice: “En aquellos días y aquel tiempo, dice Jehová, la maldad de Israel será buscada, y no aparecerá; y los pecados de Judá, y no se hallarán; porque perdonaré a los que yo hubiese dejado” (Jer. 50.20). ¿Queréis saber en pocas palabras lo que esto quiere decir? Considerad por el contrario lo que significan estas expresiones: «El Señor ata en un saco todas mis maldades (Job 14, 17); forma un haz con ellas y las guarda (Os. 13,12); las graba con cincel de hierro, y con punta de diamante»(Jer. 17.1). Ciertamente, si esto quiere decir, como no hay duda alguna de ello, que el Señor dará el castigo, del mismo modo, por el contrario, no se puede dudar que por las primeras expresiones, opuestas a éstas, el Señor promete que no castigará las faltas que El perdonare. Y aquí he de pedir al lector que no haga caso de mis interpretaciones, sino que escuche la Palabra de Dios.»

    Me gusta

  28. Avatar de Escogido por Gracia
    Escogido por Gracia

    Fe de erratas:

    donde esta escrito «“DIOS PERSONA A LOS HIPÓCRITAS POR ALGÚN TIEMPO…»

    debe decir correctamente:

    «DIOS PERDONA A LOS HIPÓCRITAS POR ALGÚN TIEMPO…»

    Me gusta

  29. Excelentes comentarios y aportaciones estimados hermanos. Este pequeño sínodo se va acercando a su resolución final 😉

    Muy buena aportación la de Calvino Felipe. Ese hombre recibió mucha luz de parte del Señor y en 500 años no se nos ha puesto caduco.

    Respecto al «aplacamiento» y «aplazamiento» muy buenas observaciones, ya que lo perdonado no puede volverse a recordar para imputar y castigar. Pero es justamente aquí donde me surge otro planteamiento, y créanme que no tengo intención de marear la perdiz.

    En los pasajes que he presentado observen y juzguen si solo hay un aplazamiento de la ira de Dios o si en verdad hubo un “perdón ocasional”, si se me admite el término. Formulemos este asunto en modo de preguntas, que para mí es más claro.

    – ¿APLAZÓ DIOS SU IRA sobre los familiares de Noé durante el diluvió y después de cometer otros pecados los castigó por los cometidos antes del cataclismo?

    – ¿APLAZÓ DIOS SU IRA sobre los hebreos que salieron de Egipto el día de la Pascua por pecados cometidos durante ese tiempo para luego destruirlos en el desierto o hubo un verdadero “perdón ocasional” y fueron destruidos por pecados posteriores por su no-regeneración?

    – ¿APLAZÓ DIOS SU IRA cada año durante la ceremonia del YOM KIPUR y luego la derramaba toda junta sobre ellos o había un perdón nacional auténtico aunque solo fuese anual?

    Se nos dice en Hebreos que dichos sacrificios no QUITABAN el pecado pero que otorgaban el PERDÓN. Leamos:

    Hebreos 10:11 RV1960
    11. Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados

    Hebreos 9:22 RV1960
    22. Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.

    Que conste que en ninguno de los casos mencionados, a menos hasta donde yo sé, La Escritura habla de perdón eterno sino “ocasional”. Y me dirán que a qué viene tanta retahíla y a dónde quiero llegar. Bien, ténganme paciencia hermanos que la gripe me tiene las neuronas relentecidas.

    Quiero llegar al mismo punto de donde partimos. De que si no existe la posibilidad de que en virtud del Pacto y de la sangre del Pacto “EL PECADO ORIGINAL” les sea perdonado a los niños que aún no han obrado ni bien ni mal hasta que se les sea imputado “EL PECADO PERSONAL”.

    O dicho de otra manera ¿Fue perdonada la culpa del pecado original en la circuncisión dada a Ismael, Esaú y otros miles de réprobos que estaban dentro del pueblo del Pacto por causa del mismo Pacto aunque luego fuesen juzgados por sus propias iniquidades producto de su no-regeneración?

    Creo que en gran parte nuestra comprensión del asunto viene por la formulación de la siguiente pregunta:

    ¿Es Cristo Cabeza Federal solo de los escogidos o de toda la iglesia visible?

    Hermano Jorge, permítame pegar unas palabras suyas en el comentario del día 30 de agosto que considero muy oportunas en este asunto:

    ¿cómo nuestros hijos van a ser “hijos de la ira”, por un pecado de Adán que Dios les imputaría inmediatamente (como al resto de la Humanidad), si al mismo tiempo Dios en el Pacto los declara “santos” (1 Cor. 7:14), “hijos del Pacto” (Hch. 3:25), “herederos de las promesas” (Gal. 3:29)?

    Muchas gracias por sus aportaciones hermanos porque me ayudan a estimular mi espíritu de investigación en la verdadera ciencia.

    Un abrazo y ánimo en la pelea por nuestra común fe, Cristiana y Reformada.

    En el amor del Señor,
    Juan Sanabria

    Me gusta

  30. Avatar de Escogido por Gracia
    Escogido por Gracia

    Pastor Sanabria, contesto tus preguntas con un trozo de mi anterior comentario, y señalo en mayúsculas lo que conviene destacar:

    «Después de analizar el pensamiento del reformador en cuanto al tema, me inclino a pensar que el termino “APLAZA” es adecuado para referirse AL PERDÓN de las transgresiones de los reprobados dentro de la iglesia visible, de lo cual el bautismo en agua es solamente una ceremonia externa.»

    Entiendo que ese APLAZAMIENTO hay un perdón implícito, aunque sea temporal y espureo.

    El análisis que hacen Agustín y Calvino de esos textos que menciona el reformador en las porciones que copie, esta magistral. Calvino nos dice que hay una combinación de ambas cosas, por un lado, Dios dará el castigo; y por la otra, Dios no castiga lo que perdona.

    Debemos ser cuidadosos con la semántica. Para que haya un aplazamiento del castigo, debe haber perdón temporal, y este perdón temporal proviene de no ver esos pecados; y para no ver esos pecados, deben ser ocultados, o tapados. Visto asi, entonces, este ocultamiento de los pecados, para no ser vistos y castigados, logra un aplazamiento del castigo. Todo esto esta contenido entonces dentro del significado del bautismo en agua que ellos reciben solamente de forma externa. Me gustaría saber si están de acuerdo con mi planteamiento.

    Hermanos, continuo compartiendoles porciones de la opinión del reformador Juan Calvino sobre este tema. Creo que son clarificadoras.

    ___________________

    «Y siempre que san Pablo hace mención de la redención de Cristo la suele llamar en griego “apolytrosis”, término que no significa sólo redención, como comúnmente se entiende, sino el mismo precio y satisfacción de la redención, que en castellano llamamos rescate. Y por ello escribe en otro lugar que el mismo Cristo se entregó como rescate por nosotros (Rom. 3,24; 1 Cor. 1,30; Ef. 1,7; Col. 1, 14; 1 Tim. 2, 6). “¿Cuál es la propiciación para con Dios”, -dice san Agustín,- “sino el sacrificio? ¿Y cuál es el sacrificio, sino el que por nosotros fue ofrecido en la muerte de Cristo?”
    ___________________

    Saludos y bendiciones en el Amado.

    Felipe.

    Me gusta

  31. Avatar de Escogido por Gracia
    Escogido por Gracia

    Pastor Sanabria, ahora paso a responderle su pregunta de acuerdo a lo que entiendo.

    Sanabria pregunta: «¿Es Cristo Cabeza Federal solo de los escogidos o de toda la iglesia visible?»

    Mi respuesta la pondré preguntando también.

    ¿Si Cristo no fuera la cabeza federal de la iglesia visible como pueden sus ministros regir autoridad, y disponer disciplina en ella, a nombre de quien?

    ¿Si Cristo no fuera la cabeza federal de la iglesia visible, quien entonces, el Papa de Roma?

    Me gusta

  32. Estimado Felipe, entiendo lo que dices pero creo que tú no me entendiste a mí o, como dirían en marketing, «me expliqué mal». Observa que hablo de perdón ocasional, en base a algo en concreto y en un momento concreto PERO NO TEMPORAL, porque de ser así ya no sería perdón.

    Imagina que me ofendes en algo y yo te perdono por algún tiempo, pero al paso de los años tomo venganza ¿Hubo perdón en verdad? Pienso que no. Por eso es que pregunto si en los neonatos del pueblo de Dios hay perdón ocasional del pecado original aunque luego se les impute el pecado personal y se les niegue la gracia del arrepentimiento y la fe a los réprobos, quedando así expuestos a la justa ira de Dios.No hablo de un cambio de naturaleza sino de la remisión del pecado y en infantes incapaces de discernir entre lo bueno y lo malo, e igualmente incapaces de hacer una confesión propia de sus pecados y su fe en Cristo.

    Si como tú dices CRISTO ES CABEZA FEDERAL DE LA IGLESIA VISIBLE entonces los niños que nacen en el pueblo del Pacto reciben la remisión del pecado original por su posición en Cristo. Esto es lo afirmado por el hermano Jorge en un comentario del 30 de agosto en el que define a los niños del pacto como santos y no como hijos de ira, sino herederos de las promesas. Si no fuese así no podríamos hablar con tanta seguridad, ni podríamos afirmar con tanta seguridad que no son realmente HIJOS DE IRA. Solo podríamos decir que no lo sabemos hasta que sean adultos y aquí nos iríamos al bando de los calvinistas-anabaptistas.

    Espero haberme explicado bien.

    Un abrazo!

    Me gusta

  33. Avatar de Escogido por Gracia
    Escogido por Gracia

    Juan, ¿lo que tu estas diciendo es que en los no-nacidos de nuevo el sacrificio de Cristo logra un perdón del pecado original de Adan, aunque no el perdón de sus pecados personales?

    Hmmmmmmm, ya dije algo de eso, pero estamos metidos dentro del misterio de Cristo, asi que tenemos que ir en puntilla de pies.

    Yo me voy por lo sencillo del evangelio: QUE EN CRISTO HAY PERDON DE PECADOS.

    En el caso de los escogidos SOMOS PUESTOS EN CRISTO, en el caso de los reprobados, SON ELLOS LOS QUE SE PONEN…..pero ya hemos visto aqui hasta el presente que ellos alcanzan alguna bendicion por estar dentro del pueblo del Pacto, que es la iglesia visible. Todo es en función del Pacto. Pero un reprobado ADULTO, si no se bautiza en agua, no pasa a ser miembro de la iglesia visible, y si no es miembro de la iglesia visible, no tiene remisión de su pecado original. Eso fue lo que dije en anteriores comentarios. Los niños nacen en la iglesia y como tales reciben la promesa hecha por el mismo Dios, representada en el bautismo.

    En todo caso, como dije, dentro del bautismo en agua entran ambos, reprobados y escogidos. Unos para que sea la señal de la remision de su pecado original, y en los otros, como senal y sello de su regeneracion, la cual solo es dada a los escogidos.

    Hermanos, de igual manera quiero decirles que yo no considero que el bautismo sea un acto vano en ningún tiempo, ni en ninguna persona que lo reciba. Un sacramento no es vano, ni vacio. Es señal de lo que representa, lavamiento de pecados, en los réprobos representa la remisión de su pecado original, y en los escogidos su regeneracion espiritual, interna y eficaz, pero nunca debemos ver el bautismo como algo vano. Si, porque quizas teniamos la idea de que los reprobados se bautizaban, y como no habia regeneracion espiritual en ellos, entonces, el bautismo solo fue una mojada. Yo considero ahora que no es asi.

    Y reitero que no le estoy dando ningún poder o virtud al agua.

    ….seguimos estudiando.

    Saludos y bendiciones en el Senor.

    Felipe.

    Me gusta

  34. Hermano Felipe, digo que si los nacidos bajo el Pacto están legalmente en el 2º Adán (Cristo), y le tienen como Cabeza Federal, entonces no están en el 1er Adán y por tanto no son hijos de ira. Y si no son hijos de ira es porque se les otorga remisión en virtud del Pacto, de lo cual el bautismo es señal y sello. Ya la regeneración queda reservada para los escogidos del pueblo visible y que componen la iglesia invisible.

    Si no fuese así, nuestro bautismo quedaría reducido a una mera dedicación/presentación con agua y perdería su valor sacramental, de donde los anabaptistas-reformados se aferraron para omitir el sacramento a los pequeños.

    Me gusta

  35. Avatar de Escogido por Gracia
    Escogido por Gracia

    Hno Juan, te cito un párrafo de mi primer comentario en este debate, para que veas que por ahí andamos.

    «Luego entonces, considero que el perdón, la remisión del pecado que opera en los niños esta en la imputación de la justicia de Cristo, que se SOBREPONE A LA IMPUTACIÓN DEL PECADO DE ADAN. El segundo Adan puede mas que el primero. El Adan espiritual, puede mas que el Adan terrenal. En virtud de eso, los hijos alcanzan remisión de la culpa de su pecado, y son puestos bajo la promesa de Salvación por el mismo Dios. Al quedar remitida su culpa, viven bajo bendición (no bajo maldición) hasta su edad madura que hagan profesión de fe, o rechacen el Pacto, de acuerdo a como sea conforme a la Elección.

    Quisiera agregar un nuevo ingrediente a este tema, que se va poniendo cada vez mas interesante.

    ¿Que les parece si comparamos la iglesia visible con las antiguas ciudades de refugio?

    Les copio algunos textos que están bien interesantes. Como siempre, destaco en mayúsculas lo que quiero hacer notar.

    » Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, HABIENDO HUIDO DE LA CORRUPCION QUE HAY EN EL MUNDO a causa de la concupiscencia;…» 2Pedro 1:3-4 RV-60

    » Ciertamente, si HABIÉNDOSE ELLOS ESCAPADO DE LAS CONTAMINACIONES DEL MUNDO, por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, enredándose otra vez en ellas son vencidos, su postrer estado viene a ser peor que el primero. » 2Pedro 2:20

    El primer texto habla de los escogidos, pero el segundo habla de los reprobados. Se ve claramente que el apóstol esta diciendo que los reprobados al entrar en la iglesia visible, que es donde son expuestos a la Predicacion de la Palabra y a los sacramentos, medios de Gracia, están ESCAPANDO DE LAS CONTAMINACIONES DEL MUNDO, por tanto, entiendo que la iglesia visible funciona ahora como las antiguas ciudades de refugio, en las cuales el ofensor escapaba huyendo y entraba para resguardarse por un tiempo del vengador de la sangre.

    Bueno, espero vuestras opiniones, y si ven algo que este mal trazado conforme a la doctrina bíblica, pues lo corregimos sin ningún problema. Para mi es un privilegio ser corregido por tales maestros como ustedes.

    Saludos y bendiciones.

    Vuestro consiervo,

    Felipe.

    Me gusta

  36. Hermanos, leyendo la institución veo que Calvino viene diciendo lo que hemos dicho de un principio, es decir, que el bautismo no regenera ni muda la naturaleza corrupta del hombre pero que se otorga por Cristo la remisión del pecado original.

    INSTITUCIÓN DE LA RELIGIÓN CRISTIANA
    LIBRO IV – CAP.XV
    10. El Bautismo no restaura la justicia y la pureza originales

    Ya podemos ver claramente por esto cuán falso es lo que hace ya mucho tiempo enseñaron algunos, en lo que muchos aún persisten: que por el Bautismo somos librados y eximidos del pecado original y de la corrupción que desde Adán se extendió a toda su posteridad, y restituidos en la misma pureza y justicia de naturaleza que Adán hubiera tenido de haber permanecido en la integridad en que fue creado. Esta clase de doctores jamás ha entendido lo que es el pecado original, qué es la justicia original, ni la gracia del Bautismo.

    Hemos ya demostrado que el pecado original es una maldad y corrupción de nuestra naturaleza, que primeramente nos hace reos de la cólera de Dios, y además produce en nosotros obras, que la Escritura denomina “obras de la carne” (Gal. 5,19). Por tanto, hay que distinguir perfectamente estas dos cosas: que en todas las partes de nuestro ser y naturaleza estamos manchados y pervertidos, y que por esta sola corrupción estamos justamente condenados y convictos de culpabilidad delante de Dios, al cual no le agrada más que la justicia, la inocencia, y la pureza. Y además, que hasta los niños traen consigo desde el seno de su madre su propia condenación; pues aunque no han producido frutos de iniquidad, sin embargo llevan en si mismos su semilla; más aún, que toda su naturaleza es una cierta semilla de pecado; por lo cual no puede por menos de ser odiosa y abominable a Dios.

    A los fieles se les asegura que por el Bautismo se les ha quitado y arrojado esta condenación; puesto que, según lo hemos visto, el Señor promete con esta señal, que se nos concederá plena y sólida remisión de los pecados; tanto de la culpa, que se nos había de imputar, como de la pena, que habíamos de padecer por la culpa. Asimismo obtienen la justicia, pero tal como el pueblo de Dios puede conseguirla en esta vida; es decir, solamente por imputación, en cuanto que el Señor los tiene por justos e inocentes por su misericordia.

    – JUAN CALVINO –

    Me gusta

  37. Estimados hermanos:

    Yo también estoy muy contento con vuestros excelentes comentarios vertidos en este «sínodo» virtual. En verdad que aquí se está viendo las posibilidades de la informática para hacer teología. Considero que es un privilegio poder mantener este debate de esta manera y, además, en un asunto tan importante.

    Quisiera retomar la conversación a partir del comentario de Felipe, el día 15 a las 12:29. Estos comentarios de Calvino son muy interesantes, pero hermano, ¿nos podría dar su cita exacta (libro, etc.)? Me gustaría poder tener identificada estas declaraciones tan importantes de Calvino.

    Estamos hablando de «aplazamiento» o «aplacamiento». Yo avanzaba la posibilidad de «aplacamiento temporal» desde el punto de vista humano. Creo que Felipe estaba de acuerdo con este punto de vista, al traer a colación la cita de Calvino donde habla de que «el castigo les fue demorado».

    Démonos cuenta que apenas hay diferencias entre un «aplacamiento temporal» y un «aplazamiento» del castigo. El pastor Sanabria prefiere no hablar de «aplazamiento», sino más bien «aplacamiento» o «perdón ocasional». Emplea una analogía: «Imagina que me ofendes en algo y yo te perdono por algún tiempo, pero al paso de los años tomo venganza ¿Hubo perdón en verdad? Pienso que no.»

    Antes de leer este comentario, yo mismo había pensado en emplear otra analogía, que creo que puede presentar la cuestión de manera más completa:

    Imaginémonos un padre cuyo hijo mayor le ofende gravemente. El padre le perdona, le da un beso en muestra de su amor, pero le advierte también que en caso de volver a ofenderlo y rechazar su amor paternal, él le hará cargo no sólo de esta segunda falta, sino también de la primera, culpándole entonces de su obstinación en rechazar tanto su amor como su autoridad como padre, para de esta manera desheredarlo como hijo.

    No creo que se pueda decir que el perdón del padre no fuera sincero. Lo era, pero también era condicional. Tratándose de un hombre, él no sabe lo que su hijo va a hacer o no en el futuro; su perdón, por tanto, es sincero pero está en la incertidumbre de saber si su hijo va a continuar en esta relación basada en el perdón dado por el padre a su falta. Pero estamos hablando de Dios, y no del hombre, no hay ninguna incertidumbre y Él sabe perfectamente si el que recibe la promesa solemne de Su perdón va a mantenerse en esta relación basada en este perdón. Lo sabe, además, por un acto de Su propia voluntad, el Decreto eterno.

    Puesto que Dios conoce perfectamente este fin, que Él mismo ha decretado, entonces creo que es más apropiado hablar de un aplazamiento. Pero, por supuesto, esto no convierte al bautismo en una ceremonia vana, ni hace de la promesa de salvación significada por Él como algo no sincero por parte de Él (sigo contemplando el bautismo desde la perspectiva del «libre ofrecimiento del Evangelio»).

    Como dije, desde un punto de vista humano, meramente temporal, creo que sería legítimo llegar a hablar de un «aplacamiento», por el significado del bautismo que es aplicado. Pero, en realidad, por el Decreto, que ve, y no secuencialmente, todas las cosas, tanto el fin como el principio, no creo que se pueda hablar de un aplacamiento total. Creo también que es necesario mantener que el pecado de Adán sigue siendo contemplado por Dios porque, aparte de consideraciones teológicas, tenemos una base bíblica en Oseas 6:7

    «Mas ellos, cual Adán, traspasaron el pacto; allí prevaricaron contra mí»

    ¿Qué es esto, sino traer en memoria el pecado de Adán, y si traer en memoria, considerarlo, y si considerar, imputarlo, por causa de su misma transgresión del pacto?

    En cuanto a la pregunta de que si Cristo es cabeza de la iglesia visible o invisible, hemos de decir que Cristo es la cabeza de la visible tanto como lo es de la invisible. La iglesia visible y la invisible no son dos iglesias diferentes: son dos aspectos de la misma iglesia de Cristo. La iglesia visible es la manifiestación temporal de la iglesia invisible. Los ministros del Evangelio actúan con la autoridad que Cristo les ha conferido. La iglesia visible es el cuerpo de Cristo y es morada de Dios porque los creyentes están unidos a Cristo y al Padre por el Espíritu Santo. La presencia de hipócritas y reprobados en ella no invalida todo esto. ¿Es Cristo, pues, la cabeza federal de hipócritas y reprobados? Legal y exteriormente, por las promesas de Dios administradas por el bautismo, hemos de decir que sí, aunque no lo sean real y espiritualmente. Y mientras estos hipócritas se mantengan dentro de la comunión de la iglesia, lo seguirá siendo. La apostasía romperá esto. De ahí que la apostasía sea una realidad.

    Esto da sentido a mi comentario que también ha citado el pastor Sanabria. Todo bautizado, legal y exteriormente, tiene a Cristo por cabeza federal, y será así mientras no apostate ni transgreda el pacto. Los elegidos, además, tienen a Cristo por cabeza real y espiritualmente y, en su tiempo, las promesas del bautismo se harán realidad en ellos. La significación del bautismo (la promesa de Dios) pertenece, por el Decreto de Dios, realmente a los elegidos, pero, como diría aquí Calvino, hay aquí una acomodación de Dios : como nosotros no tenemos manera de conocer a priori quién es el elegido o no, la promesa es dada por el bautismo de manera general e indiscriminada a todos los hijos de creyentes.

    Como dice Felipe, sigamos estudiando, y reflexionando.

    En Cristo,
    Jorge

    Me gusta

  38. Estimado hermano Jorge, muy interesante lo que estamos hablando pero su argumento presenta para mí alguna laguna, especialmente con lo del aplacamiento temporal o aplazamiento, me explico.

    Si hay perdón de la culpa original nunca jamás Dios la puede echar en cara y menos sabiendo que Cristo es Cabeza Federal del beneficiario. En esto discrepo con Ud. Dice textualmente el 1 Cor. 13 que “el amor no cuenta las faltas” y sería contradictorio que Dios la contara después de haberla perdonado. Y también dice Dios que “no se acordará más del pecado ni lo traerá a la memoria” (Cf. Miq 7.18-19) (hablo del pecado original perdonado a los infantes del pueblo por su incapacidad natural para expresar arrepentimiento y fe). Otra cosa muy diferente es que los réprobos del pueblo del Pacto “actúen en la semejanza de Adán y traspasen el pacto” debido a que su naturaleza siempre ha estado corrompida y nunca hubo regeneración, porque sabemos que el bautismo de agua no regenera. Entonces, en tal caso, se les imputaría el PECADO PERSONAL que cometieron a la semejanza de Adán, pero no el de Adán en sí mismo ¿Me expliqué bien?

    Es en base a esto, a nuestra posición legal en Cristo y en virtud de la sangre del pacto significada en el bautismo, que parece que Juan Calvino también entendió que hay remisión en la señal del sacramento bautismal. Permítanme recordar las palabras del reformador:

    Hemos ya demostrado que el pecado original es una maldad y corrupción de nuestra naturaleza, que primeramente nos hace reos de la cólera de Dios, y además produce en nosotros obras, que la Escritura denomina “obras de la carne” (Gal. 5,19). Por tanto, hay que distinguir perfectamente estas dos cosas: que en todas las partes de nuestro ser y naturaleza estamos manchados y pervertidos, y que por esta sola corrupción estamos justamente condenados y convictos de culpabilidad delante de Dios, al cual no le agrada más que la justicia, la inocencia, y la pureza. Y además, que hasta los niños traen consigo desde el seno de su madre su propia condenación; pues aunque no han producido frutos de iniquidad, sin embargo llevan en si mismos su semilla; más aún, que toda su naturaleza es una cierta semilla de pecado; por lo cual no puede por menos de ser odiosa y abominable a Dios.
    A los fieles se les asegura que por el Bautismo se les ha quitado y arrojado esta condenación; puesto que, según lo hemos visto, el Señor promete con esta señal, que se nos concederá plena y sólida remisión de los pecados; tanto de la culpa, que se nos había de imputar, como de la pena, que habíamos de padecer por la culpa.

    (JUAN CALVINO, Institución de la religión cristiana, Libro IV, Cap. XV, 10)

    Un afectuoso saludo en el Señor!

    Me gusta

  39. Avatar de Escogido por Gracia
    Escogido por Gracia

    Pastor Ruiz, pastor Sanabria, paz y bendición para los miembros de este sínodo cibernetico.

    Ruiz, perdone no le escribí las citas. Estaba tan concentrado en analizar el argumento del reformador, que no puse atención a las citas, y ahora yo mismo no las encontraba…jaja, de hecho, todavía no encuentro la segunda cita, hermano perdone, pero le envío las otras dos para que vaya chequeando lo que quiera revisar y profundizar, considero que son las mas importantes.

    Le pongo las citas en el orden de los párrafos que copie en mi comentario del 15 septiembre, a las 12:29….

    1era. cita: Juan Calvino, «Institución de la Religión Cristiana», III, III, 25

    2da. cita: IRC, (aun no la encuentro, pero la encontrare!!!)

    3ra. cita: IRC, III, IV, 29

    _______________________

    Pastor Ruiz, respecto a lo que dice, quisiera expresarle mi opinión. Yo comencé hablando de una remisión de pecados en los reprobados que entraban a la iglesia visible, luego dije la idea del APLAZAMIENTO, que esta idea no suplanta, ni sustituye la primera, mas bien se complementan porque precisamente la idea de un aplazamiento quiere decir que EL CASTIGO NO SE QUITA, SINO SOLO SE APARTA DE LA VISTA POR UN TIEMPO, y también que ese «apartar de la vista» es porque hay un perdón, el cual entendemos que se llama remisión del pecado original.

    O sea, resumiendo mi pensamiento, considero que hay un aplazamiento del castigo, en base a un perdón obtenido por entrar al gremio de la iglesia visible, de lo cual el bautismo es el sacramento instituido.

    Hno, en esa parte estoy de acuerdo con el pastor Sanabria, y con Calvino: Dios no castiga lo que perdona, o sea, que Dios no va a castigar a nadie por el pecado que el perdone, y entiendo que Dios no perdona temporalmente, o perdona o no perdona, pero un termino medio no hace justicia a esta doctrina. Pero dejo claro que en los reprobados lo que se perdona NO ES SU PECADO PERSONAL, sino solo el pecado imputado de Adan, o pecado original.

    Como el pensamiento del reformador de Ginebra es mi segunda consulta obligatoria (la primera es la misma Biblia), cuando estudio la doctrina, aqui les comparto otro trozo de sus argumentos, y esta vez me impongo disciplina yo mismo para si poner la cita.
    ______________________________

    a. Entrando en la Iglesia, los creyentes quedan purificados de sus pecados.

    Confieso sinceramente que para incitar a los hombres a la santidad no hemos de emplear la flojedad ni la frialdad, sino que es necesario darse de veras a este trabajo. Pero digo también que es un desvarío del Diablo el hacer creer a los hombres que mientras viven en este mundo pueden alcanzar esa perfección. Muy a propósito se pone en el Símbolo el artículo de la remisión de los pecados después del artículo por el que creemos en la existencia de la Iglesia; porque efectivamente nadie alcanza el perdón de sus pecados, sino sólo aquellos que son sus ciudadanos y miembros como dice muy bien el profeta (Is. 33, 24). Es, pues, necesario edificar primero esta Jerusalem celestial en que luego sea posible esta merced y misericordia de Dios, de que se les perdonen sus pecados a cuantos a ella se acogieren.
    Digo que es necesario edificarla primero pero no digo que pueda existir Iglesia alguna sin remisión de pecados, porque el Señor nunca ha prometido su misericordia sino en la comunión de los santos. Así que la remisión de los pecados es nuestra primera entrada en la Iglesia y reino de Dios, sin lo cual no es posible ni pacto ni amistad con Dios,….

    Juan Calvino. Institucion, IV, I, 20
    _____________________________

    Quiero destacar hermanos, que aquí Calvino hace una mezcla pero distintiva entre la Iglesia invisible y la visible, y me gusta mucho como el reformador usa los verbos «digo» y «no digo»…..lean con cuidado y no pierdan de vista ese detalle!!!!

    Tengo algo mas de Calvino, pero vamos poco a poco, para no atragantarnos, les parece??

    Un abrazo en el Senor!!!

    Me gusta

  40. Queridos contertulios, estaba leyendo el interrogatorio que dejó Calvino para examinar a los jóvenes que pasarían a ser miembros comulgantes por su profesión de fe y me llamó la atención una de las preguntas.

    33. ¿Cuál es el significado del bautismo? Tiene dos partes. Porque en él nos representa el Señor lo uno, es decir, la remisión de nuestros pecados; y lo otro,o sea, nuestra regeneración o renovación espiritual.

    (JUAN CALVINO, ANTOLOGÍA DE TEXTOS, LA FORMA DE PREGUNTAR Y EXAMINAR A LOS PEQUEÑOS ANTES DE SER ADMITIDOS A LA CENA DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO)

    Si no tienen el libro este es el link, pág. 65: http://es.scribd.com/doc/26156888/5/CAPITULO-4-PRIMER-CATECISMO-DE-GINEBRA#page=48

    ¿Ven lo mismo que yo o las muchas letras ya me están volviendo loco? ¿Por qué Calvino habla de dos partes, a saber, remisión y regeneración y que el Señor nos representa en la primera?

    Interesante…Seguiré investigando…

    Me gusta

  41. Bueno, arreglo. Nos representa en las dos pero las separa…

    Me gusta

  42. Avatar de Escogido por Gracia
    Escogido por Gracia

    Juan, un detalle muy interesante. Yo veo lo mismo que tu, entonces, ¿estaremos locos los dos?…digo, los tres, porque entonces Calvino también lo estaba. 🙂

    Muy buen aporte.

    Saludos y bendiciones.

    Me gusta

  43. Avatar de Escogido por Gracia
    Escogido por Gracia

    Saludos hermanos Ruiz y Sanabria….., ¿se han quedado mudos?….no es para menos, es un tema tremendo, que necesita mucho estudio y lectura para no pasarse ni una jota ni una tilde de lo que la Escritura traza. Yo tampoco he tenido mucho tiempo en esta semana, pero no dejo de meditar y dedicar algún poco de tiempo a buscar entre las paginas de Calvino sobre este tema de la remisión de los pecados en la iglesia.

    Ahora les comparto un trozo de lo escrito por el reformador en referencia al bautismo de los niños de la iglesia, porque considero que ahí toca de soslayo el tema que llevamos. Díganme ustedes si les fue provechoso.

    Pongo en negritas lo que quiero resaltar del argumento de Calvino, y en mayúsculas lo que considero mas importante.

    Saludos y bendiciones en el Amado.

    _______________________________

    22. 9°. Refutación de otros argumentos.

    Las demás razones que suelen traer las trataremos brevemente.
    Dicen que el Bautismo es un testimonio de la remisión de los pecados. También yo lo concedo; y afirmo que precisamente por esta razón conviene a los niños. Porque siendo pecadores, tienen necesidad de perdón y remisión de los pecados. Y como el Señor afirma que quiere ser misericordioso con esta tierna edad, ¿por qué vamos a prohibirIes el signo de la misma, que es mucho menos importante que la realidad que significa? y por eso nosotros volvemos el argumento contra ellos y decimos: el Bautismo es señal de la remisión de los pecados; luego la señal que sigue a la cosa, les es comunicada con todo derecho.
    Alegan también lo que dice san Pablo, que el Señor purificó a su Iglesia en el lavamiento de agua por la Palabra (Ef.5,26). Lo cual es una prueba contra ellos; porque de lo que dice el Apóstol deducimos el argumento siguiente: si el Señor quiere que la purificación que Él opera en su Iglesia sea atestiguada y confirmada con el signo del Bautismo, y los niños pertenecen a la Iglesia, puesto que son contados en el pueblo de Dios, y pertenecen al reino de los cielos, SE SIGUE QUE DEBEN RECIBIR EL TESTIMONIO DE SU PURIFICACION COMO LOS DEMAS MIEMBROS DE LA IGLESIA. PORQUE SAN PABLO, SIN EXCEPTUAR A PERSONA ALGUNA, COMPRENDE A TODA LA IGLESIA EN GENERAL CUANDO DICE QUE NUESTRO SEÑOR LA PURIFICO CON EL LAVAMIENTO DEL AGUA (Ef. 5,26).
    Lo mismo podemos concluir de lo que alegan, que por el Bautismo somos incorporados a Cristo (l Cor. 12, 13). Porque si los niños pertenecen al cuerpo de Cristo, como está claro por lo que hemos dicho, se sigue que es razonable que sean bautizados, para que no estén separados de su cuerpo.

    Juan Calvino. Institucion, IV, XVI, 22

    Me gusta

  44. Estimados hermanos Juan y Felipe:

    Disculpas por el «enmudecimiento», que diría aquel :). La verdad es que ando con el tiempo algo justo, aunque tampoco dejo de meditar en nuestro asunto. Veo lo que hemos avanzado, y me alegro mucho, porque ha servido para aclarar las posiciones. Sobretodo, se ha puesto de relieve la importancia del bautismo infantil y sé que eso va a ser muy importante de cara a los lectores del blog.

    Pero las discusiones han llegado a un punto en el que veo necesario seguir estudiando y reflexionando antes de seguir afirmando. Me he buscado alguna lectura relacionada con el tema y quiero madurar más las ideas. Decía que internet puede ser un gran medio para la teología, pero también tiene un gran problema, que es que demanda una continua inmediatez. Y esto tampoco es del todo bueno para la teología.

    Espero poder pronto escribir un artículo sobre el bautismo, y sin duda me va a ser muy útil todo lo que se ha ido madurando en este hilo. Les agradezco de veras sus aportaciones ya hechas, y por supuesto, si tienen otras (como esta última que comparte Felipe sobre el bautismo infantil, poniendo otra vez de relieve la cuestión de la relación entre la señal-promesa y la cosa significada-prometida) siempre la pueden ir compartiendo en este mismo hilo.

    Un abrazo afectuoso en el Señor,
    Jorge Ruiz

    Me gusta

  45. Hermano Jorge, no se preocupe, entendemos que esté muy liado. Lleva dos iglesias, es director de una Academia, es comentarista en alguna revista cristiana, he visto que ha revisado el trabajo de otros hermanos como los de «presbiteriano reformado», además tiene familia y otros quehaceres para alimentar debidamente al rebaño de Dios.

    Ud tranquilo hermano y aproveche nuestras meteduras de pata para ir llegando al epicentro de la doctrina, porque nosotros estamos y salimos, Ud permanece en la casa y será a Ud a quien le tiren los tomates jajajajajaja. Aunque le digo que con la crisis todo se aprovecha jajaja 🙂

    Muy buena aportación de Calvino Felipe, gracias por la cita, ya vamos aprendiendo 😉

    Fíjate una cosa que me llama la atención de lo que aportaste de lo que escribió Calvino: el Bautismo es señal de la remisión de los pecados; luego la señal que sigue a la cosa, les es comunicada con todo derecho.

    Para el reformador la remisión es primero y el bautismo después argumentando la señal que sigue a la cosa. Y es que en el adulto se exige previo arrepentimiento y confesión de pecados, mientras que en los niños, al estar naturalmente incapacitados, dicho perdón se les aplica por su posición en Cristo como su cabeza Federativa, por lo que dejan de ser «hijos de ira».

    Esto está bueno hermanos. Seguimos investigando.

    Un abrazo!!!

    Me gusta

  46. Avatar de Escogido por Gracia
    Escogido por Gracia

    Hno. Ruiz, cuando el pastor Sanabria me invito a participar en este debate, ya tenia algunas notas de borrador acerca de este tema, tengo algunos artículos sobre el bautismo en mi blog, pero se impone otro mas con este ingrediente que hemos expuesto aquí. Ud. tiene razón, hay que escribirlo, por lo que voy a ir agrupando todas las ideas, y las citas para publicar otro articulo con el tema. Con esto se ve que la doctrina del Pacto, y la doctrina del bautismo todavía tienen detalles que no habíamos visto, al menos yo.

    Y es como dice Calvino, que el asunto es claro y simple. Cuando analizaba este tema, siempre me pregunte: «¿Como es posible que en el antiguo Israel, bajo las figuras y sombras había perdón de pecados para todo el pueblo, y ahora bajo la realidad misma de Cristo no va a haberlo para toda la iglesia?»

    Es un tema tremendo, pero hay que ir en puntillas de pies para que no se nos confunda con el universalismo arminiano.

    Salud y bendición en Cristo!!!! 🙂

    Me gusta

  47. buen dia , me gustaría tener contacto con mas iglesia y hnos reformados , favor de escribirme para establecer contacto por favor . también estoy en Facebook como Ernesto E. Urquijo Gea

    Me gusta

  48. Excelente artículo Pastor. Bendiciones desde Argentina. ¡Adelante!

    Me gusta

  49. Un fuerte abrazo y mis más sinceros deseos de que la gracia del Señor esté con usted y los suyos siempre.

    Muy buen artículo, acotado y esclarecedor para todos.

    Un saludo desde Chile!

    Me gusta

  50. Avatar de Gabriel Burgueńo
    Gabriel Burgueńo

    Impresionado estoy hermanos de tan espectacular debate, soy credobautista (o eso creo) pero he estado estudiando el paido-bautismo y lo considero biblico en todas sus partes. Concuerdo con el pastor Jorge Ruiz que la teologia del pacto trae al alma del padre reposo y confianza, (soy papa de dos niñas).
    Este blog esta siendo de gran edificacion.

    Me gusta

  51. Avatar de JOAN ISAI LEON GUTIERREZ
    JOAN ISAI LEON GUTIERREZ

    Gran aportación, tomaré su artículo para publicarlo en la página de Facebook de la Iglesia Presbiteriana de Piura, Perú con algunas ligeras adaptaciones de palabras pues servimos a un público Latinoamericano.

    Me gusta

Deja un comentario