“No obstante, el menosprecio de esta vida, que han de esforzarse por adquirir los fieles, no ha de engendrar odio a la misma, ni ingratitud para con Dios. Porque esta vida, por más que esté llena de infinitas miserias, con toda razón se cuenta entre las bendiciones de Dios, que no es licito menospreciar. Por eso, si no reconocemos en ella beneficio alguno de Dios, por el mismo hecho nos hacemos culpables de enorme ingratitud para con Él. Especialmente debe servir a los fieles de testimonio de la buena voluntad del Señor, pues toda está concebida y destinada a promover su salvación y hacer que se desarrolle sin cesar. Porque el Señor, antes de mostrarnos claramente la herencia de la gloria eterna, quiere demostrarnos en cosas de menor importancia que es nuestro Padre; a saber, en los beneficios que cada día distribuye entre nosotros.
Por ello, si esta vida nos sirve para comprender la bondad de Dios, ¿hemos de considerarla como si no hubiese en ella el menor bien del mundo? Debemos, pues, revestirnos de este afecto y sentimiento, teniéndola por uno de los dones de la divina benignidad, que no deben ser menospreciados. Porque, aunque no hubiese numerosos y claros testimonios de la Escritura, la naturaleza misma nos exhorta a dar gracias al Señor por habernos creado, por conservarnos y concedernos todas las cosas necesarias para vivir en ella, Y esta razón adquiere mucha mayor importancia, si consideramos que con ella en cierta manera somos preparados para la gloria celestial. Porque el Señor ha dispuesto las cosas de tal manera, que quienes han de ser coronados en el cielo luchen primero en la tierra, a fin de que no triunfen antes de haber superado las dificultades y trabajos de la batalla, y de haber ganado la victoria”.
Institución de la religión cristiana III.IX.3 (p. 548).
Una respuesta a “Cita Diaria con Calvino (153)”
La vida temporal para el cristiano es ó debe ser preludio de la gloria venidera.No en vano,Dios en su divina Sabiduria Omnipotencia y Providencia todo lo ha ordenado para que sus fieles celebren sin cesar su gloria eterna.Por tanto,no sólo se da una teleoorientación de orden teológico,sino tambien antropológico(por lo que respecta a la escatologia individual).En la Revelación neotestamentaria,el libro del Apocalípsis claramente comparte ambas perspectivas:himnos alelúyicos de los redimidos que se unen a los coros celestiales(en el primer caso:caps.7,9-17(14,1-3);15,1-4;19,1-8:cf.4,1-11;5,9-14 y 11,16-19), y «los cielos nuevos y la nueva tierra»(cósmico-antropológica:caps.21-22).El Rey David,en uno de sus salmos-139-,expresa la absoluta dependencia del hombre en su devenir temporal de Dios que le creó y la cual está destinado(v.24).Todo ello viene a colación al objeto de poner de relieve tratando con ello de explayar el pensamiento de nuestro autor,el que la vida temporal y con ella todos los acontecimientos- buenos y malos-,no sólo están referidos a realidades superiores,sino que son proveidos por Dios para sus propios fines:el cristiano por tanto,no sólo recorre su camino como «via purgacionis»(autorrenuncia-negación de sí mismo como afirma Calvino,según veíamos en los anteriores comentarios)en vista a bienes superiores(la vida sobrenatural),sino que anticipa de alguna manera ante los incrédulos éstas realidades últimas a la que estamos llamados,sirviéndole cada acontecimiento terreno para ponerlo de relieve cada vez de forma más plena(2.Cor.3,18;4,18).Esta es la más pura ortodoxia calvinista.
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