Cita Diaria con Calvino (107)

“Así vemos que hemos de comenzar por la muerte de Cristo, para gozar de la eficacia y provecho de su sacerdocio; y de ahí se sigue que es nuestro intercesor para siempre, y que por su intercesión y súplicas alcanzamos favor y gracia ante el Padre. Y de ello surge, además de la confianza para invocar a Dios, la seguridad y tranquilidad de nuestras conciencias, puesto que Dios nos llama a Él de un modo tan humano, y nos asegura que cuanto es ordenado por el Mediador le agrada.

Bajo la Ley Dios había mandado que se le ofreciesen sacrificios de animales; pero con Cristo el procedimiento es diverso, y consiste en que Él mismo sea sacerdote y víctima, puesto que no era posible hallar otra satisfacción adecuada por los pecados, ni se podía tampoco encontrar un hombre digno para ofrecer a Dios su Unigénito Hijo.

 

Cristo tiene además el nombre de sacerdote, no solamente para hacer que el Padre nos sea favorable y propicio, en cuanto que con su propia muerte nos ha reconciliado con Él para siempre, sino también Para hacernos compañeros y partícipes con Él de tan grande honor. Porque aunque por nosotros mismos estamos manchados, empero, siendo sacerdotes en él (Ap. 1: 6), nos ofrecemos a nosotros mismos y todo cuanto tenemos a Dios, y libremente entramos en el Santuario celestial, para que los sacrificios de oraciones y alabanza que le tributamos sean de buen olor y aceptables ante el acatamiento divino. Y lo que dice Cristo, que Él se santifica a sí mismo por nosotros (Jn. 17:19), alcanza también a esto; porque estando bañados en su santidad, en cuanto que nos ha consagrado a Dios su Padre, bien que por otra parte seamos infectos y malolientes, sin embargo le agradamos como puros y limpios, e incluso como santos y sagrados”.

Institución de la religión cristiana II.XV.6 (p. 373-374).



Una respuesta a “Cita Diaria con Calvino (107)”

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    Cristino Enrique Robles Perea

    Jesucristo,Sumo y eterno Sacerdote según el orden de Melquisedeq-rey y sacerdote de Salem(Sal.110,4)-,ofrece al Padre su vida como rescate de todos aquéllos a los que les ha predicado el Reino de Dios(cf.Sal.2):el «munus»(oficio) profético ó doctrinal,real y sacerdotal,siendo uno en sí mismo e inseparable,se manifiesta en la única misión del Enviado ó Mesias-Cristo(Mt.26,63-64).Las diferentes tradiciones rabínicas sobre la identidad del Mesias esperado por el pueblo de Israel(Sacerdote-Profeta-ó Rey) ,se cumplen en El,tal como anticipa proféticamente el Sal.2,y tal como se afirma en la apología mesiánica paulina hacia los judeo-cristianos a los que dirige su epístola a los Hebreos.No obstante es Juan el que pone en labios de Jesús la identidad mesiánica de Jesús de Nazaret como el Pastor-el Buen Pastor(Jn10,11.14)en clara referencia al título mesiánico neotestamentario por excelencia de «Hijo del Hombre»(12,27-36)como Aquél que tiene que morir(v.32) para reinar sobre los suyos ,tal como se indicaba en el Sal.2 sobre el Hijo,identificado con el Rey(Mesias).Vemos pues que el «munus»mesiánico está teológicamente vinculado a la constitución del Reino de Dios como un reino espiritual de redimidos por la sangre del Mediador de la Nueva Alianza,en el que todos participan de su misma unción según vemos profetizada de antemano en el profeta Isaias en el capítulo 61:somos una comunidad que posee el Espíritu Santo de la Promesa(Hech.2,32-33),y que hemos quedado constituidos como Sacerdotes(profetas y reyes)para Dios(Ap.1,5-6;5,9-10),algo que concuerda plenamente tanto en la tradición sinóptica como en la joánea, a propósito del «bautismo de Espíritu Santo y fuego»,puesto en boca de Juan el Bautista en su predicación como Precursor del Mesias(Mt.3,11-12 y par:cf.Is.40,3.9-11).

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