“¡Ay del que edifica la ciudad con sangre, y del que funda una ciudad con iniquidad” (Habacuc 2:14)
1. La caída de David comenzó en realidad mucho antes de su pecado con Betsabé: ya se dio durante su exilio en los tiempos de Saúl. El ungido del Señor comenzó a tener muchas mujeres. A pesar que estaba culturalmente admitido en aquella época, era un comportamiento que transgredía los mandamientos de la Ley divina (Gn. 2:24; Dt. 17:17). Es significativo el interés concedido a la historia de Abigail, y que, en adelante, ella será siempre llamada “la mujer de Nabal”. Fue con ella que David comenzó la poligamia.
De esta manera, la noción misma de adulterio perdía todo sentido para David. Una nueva “aventura” sólo suponía para él una nueva concubina. La única diferencia con Betsabé, pues, era que ella estaba casada.
2. Además de su terrible carácter moral, el pecado de David con Betsabé tenía un componente político importante, puesto que era la traición del rey a dos de sus mejores hombres: Urías, oficial de la guardia real (2 Sam. 23:38) y Ahitofel, consejero de David y abuelo de Betsabé (2 Sam. 11:3 ; 23:34). Seguir leyendo