El pasado 30 de junio de 2005, en la sesión parlamentaria que aprobó el “matrimonio” homosexual con derecho a adopción, el presidente del Gobierno José Luís Rodríguez Zapatero declaró solemnemente que a partir de esta medida “España será más decente”.
Actos como éste, perpetrado por nuestro Presidente del Gobierno, son de los que transforman la historia de las naciones, y tal vez sin remedio. Sería trágico que no viéramos el tremendo alcance de estas palabras. Por su significado, el lugar dónde se dijeron, la manera de hacerlo, pero sobre todo, por quién lo hizo. Difícilmente se pueden encontrar paralelos, en nuestra historia y en general la del mundo occidental, de una declaración más solemne de iniquidad, de llamar luz a las tinieblas y a las tinieblas luz para hacerla sentar en el trono del juicio de un país. Seguir leyendo