El magistral comentario de Juan Calvino sobre el Génesis sigue ofreciéndonos puntos de vista de extraordinaria importancia, esta vez en uno de los pasajes más impresionantes de la Biblia, el rapto de Dina y la posterior matanza de los habitantes de Siquem en venganza por sus hermanos Simeón y Leví. Calvino rechaza de manera clara y taxativa este acto, al que califica como «cruel y execrable». Con todo, por su fe en la Providencia no pudo dejar de ver en él un juicio de Dios. En la explicación del mismo, aparece la noción de los colectivos como «persona moral». Ésta es la cita directa del comentario de Calvino:
“En cuanto a los de Siquem (…) el Señor ha permitido que este horrible ejemplo fuera dado por causa del rapto de una chica, a fin de atestar a todas las épocas cuánto odia las fornicaciones. Además, la pena ha sido con justicia extendida a todo el cuerpo del pueblo, porque la iniquidad provenía de la cabeza de la ciudad. Porque, puesto que Dios no concede nunca la dominación a príncipes malos y viciosos más que por su justo juicio, no hay que asombrarse si por sus pecados ellos envuelven a sus súbditos en una misma condenación. Por lo demás, aprendamos por este ejemplo que si las fornicaciones reinan en alguno lugar y permanecen sin castigo, Dios hará un castigo mucho más grave. Porque si vengó la violación de una hija por la horrible destrucción de toda una ciudad, Él no se dormirá y no cejará si un pueblo se da comúnmente licencia de fornicar y que unos consienten con otros por disimulo mutuo. Es verdad que los hijos de Jacob hacen mal, pero hay que considerar que la fornicación fue por este medio condenada por Dios”
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CALVIN, Jean, Le livre de la Genèse, (Aix-en-Provence, Fontenay-sous-Bois: Kerygma-Farel, 1978), p. 492.
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